Este mes es de celebración, es el mes donde reconocemos a quienes se dedican a la minería y que día a día, aportan a la principal actividad económica de Chile, este año en particular, quiero dar énfasis en la importancia de tomar conciencia y destacar que la modernización del sector depende de nosotros, tanto de los pequeños mineros artesanales, como de quienes ocupan puestos directivos y toman decisiones que afectan a miles de trabajadores.
Somos una potencia minera, pero ese calificativo involucra una gran responsabilidad, por ejemplo, en la incorporación de energías renovables en los procesos, innovar en el transporte de trabajadores y, por supuesto, cumplir con responsabilidad los desafíos sociales, ya que son la base para la calidad de vida familiar.
Nuestro llamado es a construir confianzas para la reactivación y la empleabilidad regional y, en ese contexto el llamado es a extremar los cuidados sanitarios para que, no sólo nos cuidemos en las faenas, sino que estas medidas se extiendan en las casas para que podamos detener el avance de la pandemia y la minería no pare y siga sin fallarle a Chile.
La meta es clara, tener una minería que sea cada vez más más eficiente en sus procesos y que al mismo tiempo mantenga y mejore su competitividad. Tenemos desafíos ambientales relacionados con el uso de energías renovables no convencionales, con disminuir la huella de carbono y con disminuir también el uso de agua.
Por otra parte, desafíos desde lo gubernamental, el cómo nosotros entregamos las herramientas para que nuestra principal industria se siga desarrollando. Nuestro gran desafío también es hacer una minería más inclusiva aumentando la participación de la mujer en la industria y juntos hacer más y mejor minería para Atacama.