Juan Alberto Rojas, Ingeniero Comercial, académico UCEN Región Coquimbo
A poco andar de este mes de agosto hemos recibido del Banco Central de Chile la información de que el IMACEC, indicador Mensual de Actividad Económica, presentó una variación de 20,1% respecto al año anterior. Esta cifra que marca una tendencia de corto plazo determina la actividad del mercado chileno con mejor y mayor visión respecto a las decisiones que se tomarán a nivel central, principalmente en la ejecución de políticas públicas.
En los datos publicados, las principales actividades que aportaron al alza y que seguirán siendo positivas debido a que representan alrededor de un 90% del Producto Interno Bruto, dan cuenta de un aumento del 13,2% de producción de bienes, un crecimiento del 46,4% del sector comercio y un 17,8% de alza en los servicios, lo que determina tendencias propias de una economía normativa.
En primer término, el análisis del aumento de la producción de bienes deja una sensación de estabilidad en términos de mayor demanda por el factor trabajo; esto se explica por sí solo, ya que al existir mayor demanda por bienes implica necesariamente contratación de personas y un incremento del empleo en sectores principalmente de manufactura, construcción y el inicio de los llamados empleos de temporada.
En segundo lugar, y de mucha importancia en el contexto actual, el comercio refleja a corto plazo un alzao constante en el consumo debido principalmente a los dineros vigentes por retiros de las AFP y bonos del Estado; sin embargo, la proximidad de fechas importantes en gasto familiar son claros indicadores de mayor dinamismo en el ámbito, en general.
Por último, los servicios de salud, transporte y principalmente de restaurantes y turismo irán en franca expansión; se observará mayor movilidad en feriados y fechas importantes de este segundo semestre, con proximidad a la primavera.
En síntesis, el aumento del empleo, del consumo familiar y mejora en la demanda de servicios, ocasionadas por condiciones favorables del plan paso a paso, nos hace mirar el escenario económico en forma optimista en el corto plazo, aunque algunos indicadores como el IPC y por ende la Unidad de Fomento podrían verse directamente afectados por factores inflacionarios.