La disminución de casos de Covid-19 está allanando el camino a que los virus respiratorios de invierno se tomen la primavera. Considerando que las alergias ya están causando estragos, el llamado es a mantener las medidas de cuidado y estar atentos a los síntomas para un tratamiento oportuno.
Llega septiembre y ya son muchos los que comenzaron a sufrir con efectos que tiene la primavera en nuestro sistema respiratorio. Gracias al proceso de floración, la carga de alérgenos en el aire aumenta considerablemente, provocando que cientos de personas comiencen a sufrir los molestos síntomas de las alergias estacionales. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa las alergias como la cuarta enfermedad más importante en el mundo ya que se calcula que afecta a más de 300 millones de personas, alrededor del 20% de la población mundial.
Sin embargo, autoridades locales e internacionales han levantado la alerta respecto al aumento de enfermedades causadas por virus respiratorios que durante estos últimos años, y debido a la predominancia del coronavirus, no se han presentado de la forma que solían hacerlo durante los meses de invierno. “La relajación de medidas preventivas contra el Covid-19, disminuyendo el uso de mascarillas y teniendo contacto con más personas, está incrementando la presencia virus respiratorios inclusive en primavera, por lo que debemos estar atentos a un probable aumento de casos de influenza, adenovirus o del resfrío común y de que sus síntomas puedan confundirse con las alergias estacionales o el propio Covid-19”, señala Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada.
De hecho, hace pocas semanas el Ministerio de Salud ya informaba sobre un aumento en la circulación de otros virus que el año pasado no estuvieron presentes, a través del informe de circulación de virus respiratorios del Instituto de Salud Pública (ISP), advirtiendo que el sincicial respiratorio había cuadruplicado su presencia, generando más cuadros graves en lactantes y menores de edad, con o sin patologías de base.
“De hecho, durante agosto, los Centros para el Control y Prevención de enfermedades (CDC) en EE.UU. habían informado alzas de casos por virus de este tipo, como también un marcado aumento del 80% en las ventas de medicamentos de venta libre de adultos para tratar los síntomas de gripes y resfríos”, indica Molina.
En este sentido, a la facultativa le preocupa que, a diferencia de años anteriores, este año la campaña de vacunación contra la influenza tuvo menos adherencia en la población objetivo, por lo que nos podríamos enfrentar a un aumento de casos de este tipo durante la primavera. “Si bien la vacunación contra el coronavirus ha sido la prioridad este año para contener su avance y la generación de nuevas variantes, no significa que el virus de la influenza sea menos agresivo. De hecho también puede causar neumonías y la muerte en ciertos pacientes”, recalca.
¿Qué pasa si alguien no se ha vacunado contra la influenza?
Molina enfatiza que “ponerse la vacuna tarde es mejor que no hacerlo, ya que la temporada de gripes continuará hasta avanzada la primavera. Además, esto puede ser importante para personas que viajarán en los próximos meses, ya que el virus podría estar activo en otras partes, principalmente en el hemisferio norte donde su prevalencia va desde octubre hasta mayo en tiempos normales”.
Si bien la comunidad científica aún no tiene claridad de cómo seguirá comportándose el coronavirus y sus variantes, es real que la disminución de sus casos está ayudando a que entren virus “más egoístas” como los de la influenza. “En un estudio hecho por la Universidad de Glasgow en el Reino Unido se verificó que existen virus como éste o el rinovirus que no permiten la entrada de nuevos agentes patógenos, como el causante del Covid-19, lo que podría resultar beneficioso para controlar el avance de este último”, comenta Molina.
En este contexto, la farmacéutica hace un llamado a vacunarse contra la influenza, si es que aún no lo ha hecho (y el SARS-Cov2 por supuesto), además de estar atentos a los síntomas que puedan presentarse, considerando que pueden confundirse a los de una alergia, pero que distan de los generados por el coronavirus.
“La infección y el Síndrome Respiratorio Agudo Severo que causa el coronavirus viene generalmente acompañado por fiebre, tos seca que puede irritar la faringe, cansancio y dificultad para respirar, además de una sensación de opresión en el tórax. Las influenzas y resfríos comunes también vienen acompañados de fiebre y malestar general, pero sin la tos seca o el dolor de garganta intenso. Por el contrario, las alergias raramente muestran fiebre; en ellas predominan la mucosidad y congestión nasal, además de picazón constante –sin dolor- en el paladar, la garganta o la nariz”, comenta.
Por último, indica que se debe poner mucha atención a la duración de los síntomas y si éstos van empeorando. “Las incomodidades que provocan las alergias estacionales son constantes hasta que las tratas o el alérgeno que las provoca desaparece del ambiente, pudiendo durar varias semanas. Por el contrario, las infecciones respiratorias causadas por otros virus suelen responder a un curso natural de unos 7 a 10 días y deben ser tratadas con medicamentos que ayuden sólo a sobrellevar mejor los síntomas. Finalmente, en el caso de una infección por coronavirus severa, el agravamiento podría darse entre el octavo y duodécimo día posterior a la aparición de los primeros síntomas”, finaliza.