Cada vez oímos más y más hablar de nuestra microbiota, de la importancia de nuestra flora bacteriana y todo lo bueno, y malo, que puede hacer por nosotros.
Pero lo que no habíamos oído hasta ahora es que nuestras bacterias «se quedan» con una parte de los medicamentos que tomamos. Cuando tomamos un medicamento, sobre todo los que van por vía oral – jarabes, cápsulas, pastillas y demás – estos compuestos entran en contacto con las bacterias de nuestro intestino.
Y en algunos casos, esa es la intención. En otros muchos no, simplemente es algo inevitable.
Las bacterias, claro, reaccionan a estos compuestos. De hecho, si los cambian este proceso tiene un nombre: biotransformación.
Pero lo que se acaba de descubrir es distinto. Lo que han visto los investigadores es que las bacterias acumulan estos compuestos. No los modifican, pero tampoco los dejan pasar, al menos una parte de ellos.
Y esto tiene implicaciones importantes. La primera es bastante clara: la dosis que recibimos no es la que pone en el prospecto. Depende de cuánto «se queden» las bacterias. Pero en general, las dosis de los medicamentos están muy medidas para cumplir su función. Por eso, el hecho de que las bacterias impidan que una parte de esta dosis llegue a nosotros puede tener relevancia.
A eso hay que sumarle que la comunidad de bacterias de distintas personas es diferente, puede llegar a haber diferencias importantes
Bien, pero ¿de qué medicamentos hablamos? Van desde analgésicos – medicamentos para el dolor – hasta antidepresivos. Una gama bastante amplia.
Por otro lado, las bacterias no viven para siempre, ni se quedan eternamente con estas sustancias. Antes o después terminarán por liberarlas. Lo que no se sabe aún es qué influencia puede tener esto, cómo puede afectar a la acción de los medicamentos o al bienestar de las personas. Es decir, que puede tener consecuencias imprevistas.
Como dicen los autores del artículo, tal vez sea hora de empezar a pensar en nuestras bacterias como un órgano más.