El envejecimiento normal se asocia a cambios en la estructura del sueño. En las personas mayores de 65 años tiene una menor proporción de etapas profundas, además de una leve disminución en el tiempo total de sueño y hay más despertares nocturnos respecto a edades más jóvenes. Sin embargo, esto no implica que el sueño sea de mala calidad. Las personas adultas mayores necesitan y pueden obtener un sueño reparador.
En esta etapa de la vida también es habitual la tendencia a un avance en la fase del reloj biológico. Según el neurólogo de Clínica Somno, Mario Díaz “muchas personas ancianas inician su sueño más temprano en la noche y lo terminan más temprano en la mañana. Esto que puede considerarse un hecho normal, se transforma en un problema cuando el anciano vive con personas más jóvenes a quienes les inquieta que se levante tan temprano y no es raro que lo lleven a un médico pensando que sufre un insomnio”.
Un problema muy común se da además en los ancianos que viven en residencias de adultos mayores, especialmente en los meses de invierno, cuando pasan muchas horas en cama o sin salir al exterior. Los residentes fragmentan su sueño durante las 24 horas del día restando así sueño nocturno. En estos casos menos es más y siempre es recomendable que toda persona, a cualquier edad, no permanezca mucho más tiempo en cama del que realmente duerme.
Las rutinas son importantes para poder conseguir un sueño reparador. Por ello el especialista de Clínica Somno destaca que “se debe procurar que en las horas de la mañana los adultos mayores hagan actividad física aeróbica y tengan exposición a la luz solar. En la noche en cambio, una hora antes de acostarse deben apagar los dispositivos electrónicos con pantalla y realizar actividades de relajación con luz tenue. Los horarios no deben modificarse los fines de semana y se recomienda evitar las siestas mayores de 30 minutos”.
Para ayudarte a detectar los trastornos del sueño más comunes del adulto mayor, Clínica Somno explica algunos de ellos.
- Insomnio:es la dificultad para quedarse dormidos (más de media hora) o presentar demasiados despertares durante la noche, lo que finalmente repercute en el descanso nocturno. Se trata de una condición negativa porque deriva en síntomas diurnos molestos como irritabilidad, somnolencia, cansancio y problemas para concentrarse o acordarse de las cosas. Además, es peligroso porque si se mantiene por mucho tiempo puede desencadenar problemas depresivos.
- Apnea del sueño:este es un trastorno que se debe tratar a la brevedad, pues consiste en pausas en la respiración asociadas a ronquidos. Ocurre por una estrechez en la vía aérea, que puede ser desencadenada por genética, sobrepeso u otros factores.
- Síndrome de piernas inquietas:es un problema bastante habitual, que consiste en el movimiento incontrolable de las piernas para aliviar molestias y que aumenta cuando se está en reposo, por lo que aparece con mayor fuerza durante la noche cuando se disminuye la actividad física.