Banca Ética y el derecho humano de contar con acceso al agua potable

Gerardo Wijnant San Martín

Subgerente de Impacto en Doble Impacto/ Banca Ética

Hemos dicho que desde Banca Ética estamos fuerte y decididamente comprometidos con el apoyo a las empresas y organizaciones que ponen foco en solucionar el grave problema y tremendo desafío que es el acceso al agua potable, sobre todo en las comunidades rurales.

En ese sentido, nuestros socios, empresas que aportan a solucionar este gran problema, saben de manera fehaciente, que pueden contar con nosotros para que les estructuremos un financiamiento que sea a la medida de sus necesidades y proyectos.

Y es así que a la fecha podemos decir que este círculo virtuoso ha permitido que las empresas que ejecutan obras de Agua Potable Rural (APR) y que trabajan con nosotros hayan podido materializar proyectos que definitivamente le cambian la vida a las personas, porque sin duda que hay un mundo de diferencia entre tener que recoger agua de un río o estero para bañarse o cocinar o bien, recibirlo de camiones aljibe y simplemente abrir una llave para contar con este recurso escaso, pero tan fundamental para la vida, más aún en medio de una pandemia en que uno de los cuidados esenciales es lavarse las manos.

Pero sabemos que todavía queda mucho camino por recorrer. Por ello trabajamos con conciencia para impulsar que la mayor cantidad de comunidades a lo largo de nuestro país puedan contar con fuentes de agua potable, situación que lamentablemente no es así cuando el siglo XXI avanza y pareciera ser que hay cosas que se dan por añadidura.

Nuestra estrategia sectorial ha definido que para conseguir un medio ambiente sano y resguardado y que los cultivos satisfagan las necesidades de una alimentación saludable, también es necesario desarrollar mecanismos eficientes para la disponibilidad y utilización del agua. Del mismo modo, la carencia de este elemento o su acceso restringido afectan la producción de energía, el transporte, el turismo y, por supuesto, la biodiversidad.

Entonces, y con la certeza de que no son temas fáciles de abordar, y que el derecho al agua es algo que debe estar consagrado en la Constitución, como Banca Ética creemos, y en consecuencia actuamos, para potenciar a empresas y organizaciones que ponen foco en estos temas, de manera profesional, innovadora y con el propósito de lograr un bienestar mayor para la población.

Al respecto, hemos sido testigos y hemos recogido los testimonios para sostener que el trabajo de las empresas que habilitan los programas de APR que apoyamos confiere dignidad a las comunidades, mejora las posibilidades de emprendimiento y posibilita un impacto, que visto desde la ciudad no es posible de dimensionar, porque quienes simplemente abren una llave para beber agua o lavar los platos no imaginan lo que es aquello para quien nunca lo ha tenido.

En síntesis, estamos decididamente comprometidos con estos objetivos, pues son parte medular de la misión que nos hemos propuesto de construir una actividad en la que las personas y el planeta estén por delante de cualquier consideración económica, porque, como siempre decimos, no da lo mismo qué se financia. Por ello la conciencia de dónde se ponen los recursos y cómo se canalizan es lo que hacemos y lo que modestamente queremos visibilizar en todo el modelo. La urgencia de avanzar en ese camino es hoy.

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