Día de los bailes religiosos fue el primero de esta fiesta, segunda que se realiza en pandemia
Con todo entusiasmo y devoción comenzó este jueves 27 de enero la versión 2022 de la Fiesta de La Candelaria en Copiapó, la más importante de la diócesis, y que por segundo año consecutivo se vive en medio de la pandemia por covid 19. El lema de este año, en sintonía con el Sínodo, es «Junto con María, caminamos como Iglesia en comunión, participación y misión».
Como es habitual, la novena de las 19 horas, en el altar de piedra, fue presidida por el obispo, Monseñor Ricardo Morales, quien se centró en el documento preparatorio para el Sínodo 2023, Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. En su catequesis, don Ricardo habló de la sinodalidad como literalmente «hacer camino juntos», y que, de acuerdo al papa Francisco, es lo que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio. «Caminando juntos y reflexionando, la Iglesia podrá aprender cuáles son los procesos que pueden ayudarla a vivir la comunión, a realizar la participación y abrirse a la misión» y dijo que este «caminar juntos es lo que mejor manifiesta la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios peregrino y misionero».
También en el altar de piedra, en el patio, se ofició la misa vespertina. Don Ricardo comenzó su homilía saludando al gobernador de Atacama, Miguel Vargas, que se encontraba en la reducida asamblea y con quien se firmó hace unos días, un convenio de colaboración para la restauración de La Candelaria. Centrándose en el evangelio, llamó a ser testigos de la luz, a ser transparentes y misericordiosos. En el día en que se reza por los bailes religiosos, el obispo valoró su expresión de fe, «don de Dios y de la Virgen», y los invitó a trabajar en la unidad y la formación pastoral, evitando peleas y egoísmos.
Un ramo de flores fue llevado al altar como ofrenda, como signo de la diversidad y belleza de los bailes religiosos.
Después de la misa, tuvo lugar el traslado de la imagen de Cristo crucificado, que está siempre en el patio, y que se llevó en procesión hasta el altar de piedra. Allí permanecerá durante toda la fiesta.
Las misas de la mañana se celebran dentro del templo, a las 6, 7, 8 y 9 de la mañana. La novena y misas de las tardes son en el patio. Cabe señalar que para asistir a estas celebraciones es necesario inscribirse en la secretaría del Santuario para controlar el aforo, y tener pase de movilidad habilitado.