Está bien no estar bien, salud mental en mujeres veterinarias

Dra. Daniela Siel, Directora Comisión Nacional de Equidad y Perspectiva de Género del Colegio Médico Veterinario (Colmevet)

Es un hecho que en pandemia la salud mental de la población mundial se ha deteriorado enormemente, debido al miedo, la incertidumbre, el aislamiento, los problemas financieros y, muchas veces, el deterioro de la salud o la pérdida de seres queridos. Así, según un estudio realizado por la ACHS y la UC en personas entre 21 y 68 años, un 47% de los encuestados presentó rasgos de depresión y un 50% expresó que cree tener un estado de ánimo mucho peor que antes. Si bien esto no has impactado a todos, el mismo estudio indica que existe una brecha de género en la salud mental, donde las mujeres presentan mayores porcentajes de síntomas asociados a depresión (38% en hombres contra un 55% en mujeres), entre otros factores donde las mujeres también llevan la delantera, como el “estado de soledad” o la preocupación por los problemas financieros y la estabilidad laboral.

En Medicina Veterinaria, una profesión con un importante componente de género, se observa esta realidad. Los problemas de salud mental son graves, debido -entre otras cosas, a la vulnerabilidad que conlleva el trato con los tutores de mascotas en el área de ejercicio clínico de pequeños animales, donde muchas profesionales son permanentemente víctimas de maltrato y acoso. Además, si bien la encuesta Casen 2017 evidenció que el 53% de los profesionales médicos veterinarios somos mujeres, se observa una brecha salarial importante, donde, las mujeres recibimos salarios en promedio un 42% más bajo que los hombres.

La realidad es entonces que no estamos bien, estamos cansadas, agobiadas y en algunos casos deprimidas.

¿Qué podemos hacer para salir de la soledad que conlleva una salud mental deteriorada? Como plantea la psicóloga feminista Nerea de Ugarte, tenemos que compartir, desprivatizar y visibilizar el dolor. Cuando nos damos cuenta que no estamos solas, que el problema no está solo en nosotras, sino que es realmente el sistema el que nos enferma, podemos hacernos responsables de nuestra sanación y de lo que está en nuestras manos y pedir apoyo cuando lo necesitamos. Al desprivatizar nuestras vivencias, entendemos que no tenemos que lograrlo solas, que podemos pedir ayuda; y es que en un sistema como el que vivimos, donde la productividad a toda costa es lo más importante y las brechas de género aún son potentes, tanto en el trabajo como en el hogar, a veces está bien no estar bien, está bien no poder con todo.

“No es un síntoma de salud estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”, planteó Jiddu Krishnamurti. Esto, es quizás una de las frases que más sentido tienen hoy en día. Creo firmemente que la clave está en que todas y todos trabajemos juntos por mejorar un sistema que a veces es macabro, promoviendo desde la empatía, espacios de encuentro, donde seamos capaces de compartir lo que vivimos, porque sacar del espacio privado algo que es un problema de salud pública, es el primer paso para que podamos sanar.

Como Comisión de Equidad y Perspectiva de Género de Colmevet, ofrecemos entregar ese espacio de visibilización y trabajo conjunto para construir un sistema seguro, más cariñoso y amable entre todas y todos.

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