Por Lioubov Dombrovskaia,
profesora del Departamento de Informática.
Cuando te imaginas a un científico, normalmente se ve a un hombre canoso con capa blanca y peinado, a lo Albert Einstein. Cuando una piensa en un ingeniero en computación, se piensa en un hombre joven en polera y jeans que toma litros de café y come papas fritas frente al computador.
Estos prejuicios, muchas veces, hacen que las niñas decidan no estudiar carreras relacionadas con tecnologías o ciencias. Normalmente, la labor de las mujeres es igual de importante que la de los hombre, no obstante, su aporte a veces pasa desapercibido. En el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación, que se conmemora cada 28 de abril, se hace necesario resaltar el aporte que han realizado en la historia.
Ada Lovelace es la primera programadora que el mundo conoce. En el año 1843, desarrolló un primer “programa” para la máquina analítica de Charles Babbadge, que ya contenía todas las partes teóricas de un computador moderno. Cabe decir, que el programa que escribió Ada era una secuencia de pasos para calcular números de Bernoulli.
Los pasos de Ada la siguió Henrietta Swan Lewis, que fue una astrónoma y calculista, la llevaron a desarrollar varios algoritmos para el cálculo de distancias hacía los objetos muy lejanos como estrellas o galaxias. También, fue parte de un grupo de muchas mujeres que ayudaban a astrónomos a descubrir estrellas y galaxias más lejanas al comienzo del siglo XX.
Hedy Lamarr no sólo fue una famosa actriz de Hollywood, sino también inventó en la década de 1940 tecnologías de salto de frecuencias que permite ahora operar a GPS, Bluetooth y WiFi.
De igual manera, durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de mujeres inglesas se dedicó a descifrar los mensajes alemanes usando un computador Colossu y operaron un primer computador de propósito general Eniac. Este último pasó a la historia como Top Secret Rosies, porque crearon las bases para lenguajes de programación.
Aportes significativos
Grace Hopper fue una científica de la computación y militar estadounidense con grado de contraalmirante. En la década de 1950 desarrolló el primer compilador para un lenguaje de programación. También, inventó el término Bug, que se refiere a un problema en el programa, pero en su caso realmente fue una mosca pegada en un relé que impedía que el programa funcionase. Ella inventó muchas otras cosas y las mujeres científicas en computación celebran una conferencia anual que lleva su nombre.
En 1965 Mary Allen fue la primera en crear y trabajar con un computador privado desde su casa, lo cual hace que se le considere la primera usuaria de un ordenador. Los gabinetes tenían el tamaño aproximado de un refrigerador y 12 bits de memoria cuya capacidad le permitía grabar de 1024 a 2048 palabras.
Barbara Liskow, en 1968, se convirtió en una de las primeras mujeres de los Estados Unidos en conseguir un doctorado en ciencias de la computación, en la Universidad de Stanford. Ha recibido varios reconocimientos por su contribución a los lenguajes de programación, metodologías de programación y sistemas distribuidos.
Otra famosa científica e ingeniera es Margaret Hamilton, quien junto con su equipo, desarrolló el software de navegación «on-board» para el Programa Espacial Apolo en 1965. A Hamilton se le atribuye el nombre de la disciplina de «ingeniería de software». Cuando ella comenzó a utilizar este término durante las primeras misiones Apolo, el desarrollo de software no se tomó en serio en comparación con otras ingenierías, ni considerado como una ciencia. A Hamilton le preocupaba legitimar el desarrollo de software como disciplina de ingeniería. Con el tiempo, el término «ingeniería de software» ganó el mismo respeto que cualquier otra disciplina técnica.
En la industria de videojuegos, también hubo mujeres destacadas, por ejemplo, Carol Shaw fue la primera diseñadora de juegos en Atari en los años 1980 y Roberta Williams diseñó aventuras gráficas en 1984.
Frances Allen fue reconocida con premio Turing en 2005 por su trabajo en compiladores, optimización de código y computación paralela. También tuvo un rol importante en la creación de lenguajes de programación y códigos de seguridad para la Agencia de Seguridad Nacional Americana.
Todas estas mujeres han ayudado a crear el mundo tecnológico que todos conocemos. Cualquiera que diga que la carrera de informática o computación es para hombres, no conoce los trabajos de todas estas mujeres. Estudiar y trabajar en informática permite resolver problemas de más diversa naturaleza y sentir la satisfacción de crear una solución que hace más fácil la vida. ¡Así que no te desanimes, tú puedes ser la próxima referente de mujeres en computación!