- El Programa de Aprendices 2021-2022 se desarrolló en tres faenas de CMP ubicadas en el Valle del Huasco y 18 de sus participantes fueron mujeres.
- Rafael Pizarro, director de Estándares Laborales y Prácticas Sectoriales de la alianza CCM-Eleva, destacó el aporte del programa al desarrollo de trayectorias formativo-laborales prósperas para los jóvenes, favoreciendo un balance de género que impulsa la incorporación femenina en la industria minera.
La Compañía Minera del Pacífico (CMP) desarrolló durante los últimos seis meses el Programa de Aprendices 2021-2022, cuya ceremonia de clausura se realizó en junio. Este programa se desarrolló en tres de sus faenas: Mina Los Colorados, Planta de Pellets y Puerto Guacolda II, todas ellas ubicadas en Valle del Huasco, región de Atacama, considerando la formación de un total de 35 aprendices, grupo compuesto por 18 mujeres y 17 hombres.
El programa de formación se realizó en el puesto de trabajo de los participantes, iniciándose en diciembre de 202. Durante los seis meses de formación, las y los aprendices desplegaron sus conocimientos y habilidades en los procesos de mantenimiento eléctrico y mecánico de las tres faenas antes mencionadas.
“Los jóvenes talentos representan un motor de cambio en los territorios y contribuyen positivamente a romper barreras, incorporando nuevas ideas y prósperos liderazgos para la minería en Chile. Desde el corazón de nuestros procesos, deseamos que esta experiencia haya marcado el inicio de una vida colmada de éxitos laborales y desarrollo personal”, expresó Claudio Castro, superintendente de Desarrollo Social y Humano de CMP.
Esta iniciativa contó con la asesoría del Consejo de Competencias Mineras y el Programa Eleva (alianza CCM-Eleva) mediante su Metodología para Programas de Prácticas y Aprendices, la cual desde el año 2018 tiene por objetivo orientar los procesos formativos de sus organizaciones socias (empresas mineras y proveedores). A la fecha, ya ha gestionado más de 500 cupos de procesos de prácticas y aprendices, alcanzando un 60% de contratación de los participantes.
Esta metodología considera el co-diseño de un circuito de formación para los practicantes y/o aprendices, en base a estaciones de entrenamiento, la co-construcción de los instrumentos de evaluación, la formación a los maestros guías que participarán en el proceso, entre otros beneficios.
“Aportar en el desarrollo de trayectorias formativo-laborales prósperas, para los jóvenes de los distintos territorios de nuestro país, favoreciendo un balance de género que impulse la incorporación femenina en la industria, y al mismo tiempo, trabajar en conjunto a nuestras empresas socias en el desarrollo de estándares de calidad para la formación y el entrenamiento, nos llena de energía y refleja en gran medida el espíritu de la alianza CCM-Eleva”, agregó Rafael Pizarro, director de Estándares Laborales y Prácticas Sectoriales de la alianza CCM-Eleva.
Por su parte, el aprendiz Franco Hernández, quien se desempeñó en el área de mantenimiento eléctrico de Puerto Guacolda II, detalló que “fue una experiencia muy enriquecedora en la que sacamos lo mejor de nosotros y crecimos personalmente. En el camino nos fuimos relacionando con distintas personas, cada una de ellas con una gran disposición”.