Nicolás Sosa Benz, CEO de ITAA.
Inteligencia artificial. Un concepto de moda actualmente, que nos evoca androides autónomos, que nos superarán como especie humana en el futuro no muy lejano. Nos encontramos en una etapa de la evolución tecnológica, donde la velocidad de procesamiento de las máquinas va creciendo exponencialmente, a tal punto, que algunos expertos proyectan una “singularidad”, es decir, donde la capacidad de desarrollo y adaptación de la Inteligencia Artificial va más rápido que la capacidad del ser humano. Para algunos esto es ciencia ficción, pero hay una cosa clara: la evolución tecnológica alcanza día a día nuevos límites muy rápido.
Nos tenemos que adaptar todos los días a nuevos sistemas creados, nuevas formas de hacer las cosas: comunicarnos (¿Quién no tiene WhatsApp?), trabajar (¿Desaparecerán las oficinas?), enseñar (Los programadores tienen una fuerte componente de autodidactas por cursos y casos online), y montones de otras actividades. En nuestro campo, la prevención de accidentes es sin duda, una que captura mucho interés, principalmente porque tener la capacidad de salvar una vida, tiene un valor incalculable, más en esta época, donde el humanismo es la filosofía imperante. La pregunta que buscamos contestar es, ¿El avance tecnológico y la inteligencia artificial, puede predecir y evitar accidentes?
Factores cognitivos, como la fatiga, que no es otra cosa que una diminución de nuestras capacidades por agotamiento o sueño, están presentes en accidentes en carreteras. De hecho, en Chile, un 80% de los accidentes de camiones en ruta tienen como una de sus causas la fatiga humana, y 130 personas fallecen al año por accidentes de camiones. Y en el mundo no muy distinto. Por lo mismo, la ONU creó los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en el cual, el numeral 3.6 establece específicamente que buscan reducir las muertes ocasionadas por accidentes de vehículos en carreteras a la mitad para el 2030.
Tenemos a la fecha montones de tecnologías que buscan poder predecir la conducta humana, y particularmente la fatiga. Saber objetivamente el nivel de las capacidades cognitivas de una persona, y poder predecirlas en el tiempo, es sin duda, una herramienta que nos ayuda a tener ambientes más seguros, y evitar muertes. Un ejemplo de esto son los test de psico vigilancia en smartphones, que miden en un instante las capacidades cognitivas de una persona, y entregan recomendaciones para evitar accidentes
La tecnología sigue creando soluciones, y cada vez son más amistosas con nosotros y con nuestros estilos de vida. Sin embargo, también cedemos un poco de soberanía con la información y los datos que entregamos para que algoritmos inteligentes decidan por nosotros. Ya lo hacen las redes sociales, lo hacen los e-commerce, y las soluciones para la seguridad. ¿Hasta que punto, estamos dispuestos a ceder nuestra soberanía, nuestra libertad, a cambio de salvar vidas? Mientras respondemos eso, la inteligencia artificial seguirá avanzando, seguirá buscando entender patrones, y se seguirá utilizando como una herramienta para facilitarnos la vida. Y seguirá ayudándonos a evitar accidentes.