Según la psicóloga de Clínica Las Condes, Christianne Ellwanger, “el mal uso de estas plataformas puede tener efectos negativos y no deseados en la población, especialmente en los adolescentes”, pudiendo llegar a transformarse en un síndrome llamado FOMO
Las redes sociales son plataformas que, desde su aparición, han facilitado y agilizado la comunicación entre personas, sin importar la distancia entre ellas. Sin embargo, a medida que ha pasado el tiempo, el uso de estas herramientas se ha vuelto no solo necesaria, sino que en algunos casos ha generado problemas a nivel mental debido al alto nivel de adicción que generan.
De este modo, en el último tiempo la comunidad médica ha comenzado a hablar de un trastorno derivado de la alta exposición a las redes sociales. El síndrome FOMO (siglas de “Fear of Missing Out” en inglés), también conocido como el “miedo a perderse algo”, es causado por la necesidad compulsiva de mantenerse conectado las 24 horas del día, según explicó Christianne Ellwanger, psicóloga de Clínica Las Condes.
Esta nueva patología mental está afectando principalmente a niños y jóvenes, quienes son el grupo etario que más utiliza estas plataformas. Este síndrome trae repercusiones a nivel mental tales como:
- Alteración del sueño.
- Alteración conductual, emocional y somática.
- Dificultades en el proceso de identidad personal, al no discriminar lo propio de lo externo, y no saber cómo incluir al resto dentro de este proceso.
Al ser los más jóvenes el grupo más afectado por este síndrome, el rol de los padres y cuidadores debe ser activo para protegerlos. De este modo, la especialista de Clínica Las Condes entregó varias recomendaciones para que los adultos puedan evitar este tipo de cuadros de ansiedad, entre las que se encuentran:
- Reducir tiempo de uso de redes sociales y objetos tecnológicos a una o dos horas diarias.
- Definir en familia espacios libres de aparatos tecnológicos y ubicar los computadores en áreas comunes del hogar, usando herramientas de filtro de contenido.
- Enseñar a los menores sobre el uso de internet, mostrándole confianza en sus criterios y en su “no ingenuidad”, evitando una actitud controladora para poder llegar a un acuerdo sobre el uso seguro de la plataforma.
- Trabajar en la comprensión de las consecuencias de lo que se hace y/o dice en la web.
- Instruirse y conocer la jerga que se utiliza en Internet y redes sociales.
- Crear una lista de reglas (sitios a los que puede acceder, tiempos de uso, horarios, contenidos).
- Controlar el historial de las páginas visitadas en el computador (si se ha vaciado el fichero, probablemente es por alguna razón). Los adolescentes deben saber que el historial del computador será verificado frecuentemente.
- Desconectar el wifi durante la noche y dejar los celulares fuera de la pieza.
- Estar alertas a cualquier cambio significativo en el comportamiento físico, cognitivo, emocional y social del menor.