Por Ramón Rodríguez M.
Gerente General de Trabajando.com
El Gobierno avanzó recientemente en su promesa de disminuir la jornada laboral a 40 horas con la presentación de un set indicaciones que reimpulsarán el proyecto original. Siempre es una noticia positiva que se persiga el objetivo de dar más espacio a los trabajadores para mejorar su calidad de vida: los colaboradores más felices tienen mayor salud mental, debieran poder ser más productivos y están más comprometidos con el trabajo.
Sin embargo, el objetivo no es lo único que importa, sino cómo lograrlo. Avanzar hacia las 40 horas es una meta desafiante como país, pero la flexibilidad debe ser la forma. Vemos con cautela la sobrerregulación que está presente en las indicaciones, porque, en la práctica, establecer reglas tan específicas para cada rubro puede perjudicar a las organizaciones, pues la realidad de cada una es muy heterogénea.
Creemos que el foco de la transformación del mercado laboral debe estar en marcos de entendimiento sólidos y sustentables, con la flexibilidad necesaria para que cada empresa y colaborador pueda encontrar la mejor combinación. Donde los empresarios deben adelantarse a la regulación y acordar con los trabajadores acuerdos y relaciones laborales modernas, basadas en los objetivos y la confianza. Hoy existen y se seguirán creando y adoptando nuevas formas y jornadas de trabajo, en una economía global donde no podemos perder como país competitividad.