- Los pacientes que presentan esta enfermedad, dependiendo del subtipo de cáncer, tienen más del 90% de probabilidades de curarse. La incidencia de este tumor ubicado en la glándula tiroidea es de aproximadamente 1.164 casos nuevos anuales, sin embargo, se ha observado que estas cifras han ido en aumento exponencial el último tiempo.
Este 24 de septiembre se busca concientizar a la población sobre la importancia del diagnóstico precoz para así realizar un tratamiento oportuno. El especialista en oncología, Dr. Suraj Samtani, de Clínica Las Condes explica los factores de riesgo, síntomas a los que hay que prestar atención, subtipos de cáncer y cómo proceder cuando el tumor ha sido detectado.
“Como en todos los tipos de cáncer el chequeo preventivo y el control médico anual es fundamental porque permite hacer una detección precoz y ofrecer tratamientos con altas tasas de curación. Cuando existe sospecha clínica se requiere una evaluación médica y examen físico detallado, posteriormente requiere complementarse el diagnóstico con los siguientes estudios: la ecografía tiroidea que analiza la presencia de un nódulo maligno y, dependiendo de esos resultados, una biopsia mediante punción que luego se estudia y confirma el pronóstico”, explica el doctor Suraj Samtami.
En la gran mayoría de pacientes, los tumores, si están localizados, se tratan con cirugía en la glándula tiroidea y esto permite extirparlos y disminuir el riesgo de recurrencia del cáncer a futuro. “Algunos pacientes de alto riesgo pueden requerir tratamientos adicionales post cirugía para disminuir el peligro de recurrencia; como radio yodo. En ciertos casos, cuando el tumor está en etapas más avanzadas se requieren tratamientos multidisciplinarios los cuales se personalizan de acuerdo con las características del paciente y el subtipo de tumor. En los últimos años hemos tenido múltiples avances en tratamientos dirigidos, demostrando muy buena efectividad y calidad de vida para la persona”, indica el especialista.
Factores de riesgo para desarrollarlo:
- Según sexo, las mujeres tienen mayor riesgo.
- Edad, entre 30 y 50 años.
- Antecedentes de radiación en la infancia: personas que hayan estado expuestas en zonas de conflictos bélicos.
- Síndromes genéticos o antecedentes familiares que predisponen a desarrollarlo.
- Bocio: aumento de volumen de la glándula tiroidea.
Síntomas, ¿a qué estar atentos?
- Si presento un nódulo palpable en la región del cuello, donde se ubica la glándula tiroidea.
- Si el bulto aumenta su tamaño.
- Dolor al tragar.
- Disfonía o ronquera.
Subtipos de cáncer de tiroides:
Según el estudio imagenológico y los resultados de biopsia, se describen cuatro:
- Papilar: es el más frecuente, representando aproximadamente entre un 70-80% del cáncer de tiroides. Es un tumor de buen pronóstico, logrando tasas de curación de aproximadamente un 90% al ser diagnosticado de forma precoz.
- Folicular: es el segundo subtipo más frecuente. Presenta muy buen pronóstico al ser diagnosticado de forma precoz. Pueden propagarse a otros órganos a distancia como pulmón y huesos.
- Medular de tiroides: se asocia a antecedentes familiares y a una alteración específica del gen RET, que, al ser identificado, los pacientes pueden recibir tratamientos personalizados y dirigidos para este tipo de mutación.
- Anaplásico: es el menos frecuente pero más agresivo, ya que genera metástasis a distancia con una velocidad de crecimiento mucho mayor que los anteriores.
Posteriormente los pacientes requieren un seguimiento y eso se realiza con evaluación por el médico tratante, estudios de laboratorios e imágenes.