Gabriela Saldías
Académica de Arquitectura del Paisaje, UCEN
Quien ha tenido la experiencia de recorrer el desierto florido, no lo olvida. Más aún lo atesora por siempre. Por lo mismo vuelve cada vez que se anuncia la posibilidad que el desierto se cubrirá de colores.
En los últimos años la inmediatez en las comunicaciones ha difundido la existencia de este fenómeno deslumbrante de la naturaleza. A través de múltiples imágenes y videos que muestran vastas extensiones de terreno cubiertas de flores, son cada vez más las personas que se las ingenian para llegar hasta la Región de Atacama a ver con sus propios ojos lo que otros comentan por redes sociales y diversos medios de comunicación.
Sin dudas la llegada de turistas tiene un impacto no menor, el solo hecho de caminar entre las plantas provoca pisoteos y daño de ejemplares que no alcanzarán a completar su ciclo de vida y por tanto, habrá menos producción de semillas, principal medio de reproducción de las plantas. Ese mismo pisoteo altera las características del suelo al compactarlo y disminuir las condiciones de aireación, y con ello el funcionamiento radicular y la vida en el suelo.
La reciente noticia anunciada por el presidente Gabriel Boric sobre la creación del Parque Nacional Desierto Florido es un excelente augurio que vienen mejores tiempos en lo que a conservación se refiere. Es un indicador que se está entendiendo el valor patrimonial de estos paisajes únicos, de altísima biodiversidad y endemismo que se deben conservar no solo para las generaciones actuales, sino que para los que vienen.
No hay mejor conservación que la que se realiza in situ, o sea en el mismo lugar, lo que se logra por medio de la creación de áreas silvestres protegidas como son los Parques Nacionales. El Parque Nacional Desierto Florido permitirá la llegada de personas en forma controlada, con senderos delimitados para caminar, con estrictas normas de comportamiento y sobre todo con diferentes estrategias para educar a los visitantes paso a paso. El primer paso para lograr conciencia ambiental y poner en valor el paisaje y la flora nativa consiste en la identificación de las plantas, luego saber sobre el origen y área de distribución que éstas tienen, así como también, el estado de conservación, ciclo de vida y relaciones con otros seres vivos como aves, insectos y reptiles entre otros.
Por todos los beneficios que aportará en la valoración y conservación de la naturaleza, y por sobre todo el gran precedente y ejemplo que generará, ¡Bienvenido Parque Nacional Desierto Florido!