La iniciativa comenzó como una idea y terminó transformándose en una realidad, ya que, a simple vista, se pueden observar plantas y macetas donde llega agua y luz de manera apropiada, tierra especial, semillas, por nombrar sólo algunos ejemplos. En el taller participan estudiantes, docentes, profesores y el equipo directivo del establecimiento educacional.
Con el objetivo de incentivar y promover, la importancia de adquirir responsabilidades en materia de cuidado, protección y preservación del medio ambiente, particularmente de plantas y hortalizas, además de enseñar e impartir principios y valores de respeto, en el marco de la participación social y la sociabilización entre estudiantes, la Escuela El Chañar del Servicio Local de Educación Pública (SLEP) de Atacama, habilitó su propio huerto escolar, donde se desarrollan e imparten aprendizajes, sobre consumo de alimentos saludables, nutrición, educación ambiental y valoración de la tierra.
El huerto escolar, por cierto, ecológico, es una actividad que aporta múltiples beneficios a los estudiantes, porque brinda la oportunidad para conocer de primera mano, de dónde vienen los alimentos que toman en su día a día, fomentando con ello la importancia de una alimentación sana. Otro de los beneficios es el desarrollo de las habilidades motrices gracias a las distintas tareas a realizar, como son cavar, rastrillar o sembrar. El trabajo en equipo, así como aprender a valorar el esfuerzo y paciencia que supone el trabajo en el campo, son otros valores que se promueven.
Guadalupe Gutiérrez, estudiante de sexto año básico y participante activa del taller de huerto escolar, acompañada por los estudiantes Matías Calle y Álan Campos, sostuvo que “lo que veo es mucha naturaleza, cosas para cuidar, cosechar. Hay que mantener limpia esta zona para que no se arruine. Hay personas que votan la basura en las calles, en el pasto y eso lastima a las zonas verdes. Eso no esta bien. Acá he aprendido a cosechar, a colocar y plantar calabazas, a sacar maleza y sobre todo a cuidar las plantas. He conocido más amigos y profesores, como a Daniel, Lucía, Martina. Los profesores y docentes han hecho muy bien su trabajo”.
Quién valoró y destacó la iniciativa, fue Pedro Lagos Arancibia, director ejecutivo (S) del Servicio Local de Educación Pública (SLEP) de Atacama, quién fue enfático y dijo que, “la creación de huertos escolares son plataformas de aprendizaje, promueven educación nutricional y una alimentación adecuada, desarrollando conocimientos para una vida saludable, aumentando además la conciencia ambiental. Con este proyecto, lo que hace la escuela es reforzar y promover la idea del aprendizaje de la salud y la sustentabilidad medioambiental a partir de la generación de ciudadanos y aprendices conscientes. Los niños hablan del medio ambiente, aprenden de nutrición, comparten ideas, elaboran proyectos, trabajan en equipo, cumplen y asumen responsabilidades de cuidado y protección. Hay que felicitar al director de la escuela, a sus docentes, profesores y estudiantes. Seamos Comunidad”.
Por su parte, el director del establecimiento educacional, Claudio Aguirre Rojas, argumentó que “la idea es ir ocupando los distintos espacios de la escuela y utilizarlos como espacios pedagógicos para el desarrollo de las habilidades de nuestros estudiantes. Hoy día, después de la pandemia, es importante que las y los estudiantes interactúen en espacios abiertos, compartir con la naturaleza y que mejor que esto, que tiene que ver con la cultura de plantar, cultivar, cosechar, por nombrar algunos ejemplos. Acá se trabaja con la teoría, pero también con la práctica. En eso estamos trabajando. Ir ganado espacios, sobre todo en nuestra escuela que tiene prácticamente el 80% de construcción de cemento y poco espacio para áreas verdes. Queremos que se motiven, que aprendan”.
“Tenemos un Desierto Florido y acá relevamos la importancia de no sacar una flor, de proteger una semilla y valorar nuestra naturaleza. Yo quiero felicitar a María Isabel porque esta haciendo un trabajo extracurricular y extra-horario. Para ella todas mis felicitaciones. A nuestra trabajadora social también la felicitamos, porque desde su labor a trabajado en analizar como ir desarrollando en crear redes empresariales y de servicios públicos. Los estudiantes deben ser reconocidos porque han tenido la capacidad de cuidar este espacio. Este es un lugar espacio para todos los estudiantes. Ellos y ellas son parte del trabajo de conservación del huerto escolar”, agregó el director de la Escuela El Chañar.
María Isabel Rojas, docente destacada y querida por su comunidad, argumentó que “a principio de año hubo un árbol que, con su raíz, tronco, nos estaba destruyendo el piso. Entonces junto a mi curso decidimos que como nos habían quitado un pulmón verde, teníamos que comenzar a realizar algo para recuperar lo perdido. Comenzamos como curso, en cuarto año básico, a traer algunas plantitas para poner en el huerto escolar. La iniciativa ya había surgido desde antes con nuestra trabajadora social, que había manifestado su interés por este espacio. No teníamos recursos y comenzamos con lo que teníamos.
“Lo primero que plantamos fueron papas, luego cebollas, tomates y con materiales que llegaron desde los hogares, como cajitas de té, cascaritas de huevos, que vamos secando y moliendo para colocar en la tierra. Luego se nos unieron otros cursos. Dos cuartos básicos, dos terceros básicos, alumnos de octavo básico que nos ayudaron con maceteros y niños de sexto básico que, se mantienen en el huerto escolar en horarios libres”. El horario específico de trabajo, son los martes en el horario de tecnología y orientación. Se imparte trabajo en equipo, se promueve mantener este lugar verde. A corto plazo nos gustaría que los niños puedan cultivar. Esperamos en algún momento sacar ramas secas y saquemos papas, por ejemplo. Un sueño hermoso sería que las tías pudieran sacar las papas y hortalizas de acá para luego comerlas. Queremos que este huerto sea sustentable”, aseveró la profesional de la educación.
Finalmente, Natalia Gatica Zúñiga, destacada trabajador social de la Escuela El Chañar, afirmó que, “el proyecto del huerto escolar, para mí, nace de la necesidad de tener un área verde. También de instaurar una cultura del autocuidado del medio ambiente, del reciclaje y también para fortalecer todos los lazos entre los niños, como la participación, el trabajo en equipo, donde se involucren los apoderados, profesores, es decir, que aquí se genere un tejido social. En el fondo eso es lo que yo busco a través de esto. Queremos que los niños aprendan como se cultiva, se cosecha y que se fomente una cultura de autosustentabilidad. Estos niños y niñas tienen que ser nuestros salvadores ambientales. Queremos también que los niños más grandes de séptimo y octavo puedan a través del huerto aprender algún tipo de oficio que les pueda servir en el futuro”.