En tiempo de espera

Juan José Ronsecco, presidente de Corproa

Más de dos años tuvimos que esperar para volver a circular en la vía pública sin mascarillas. En estos últimos años hemos tenido que trabajar a fondo la resiliencia y nuestra capacidad de espera.

Como sabemos, la minería ha seguido operando en este tiempo y fue clave para mantener el dinamismo económico del país en este periodo tan adverso. En este contexto, una discusión que mantiene a la espera a nuestra región es la propuesta de Royalty Minero, la cual contempla un sistema híbrido con un gravamen con componente ad-valorem y también sobre la renta, tal como la conocemos hasta ahora

Independientemente de la fórmula que se aplique, lo más relevante es que las tasas totales que paguen las empresas mineras alcanzarían entre un 55% y un 60%. Eso significa que estaremos entre los distritos más costosos del planeta e, inevitablemente, dejaremos de ser un país interesante para las nuevas inversiones.

La ley de mineral ha disminuido en Chile en las últimas décadas, por lo mismo, ¿cómo será posible mantener el atractivo si se agregan cargas tributarias que nos dejan más caros que nuestros competidores? Evidentemente los inversionistas preferirán apostar por Perú, Canadá, Australia, entre otros.

Recientemente el Ministro de Hacienda, Mario Marcel, expuso que están atendiendo las inquietudes de la industria. Con ello mencionó que se presentarían indicaciones al proyecto, algo que tiene a toda la Macrozona Norte de Chile en incertidumbre.

En la Región de Atacama un 35,9% del PIB se explica por la minería y un 69% de la fuerza laboral local está vinculada a esta industria. Evidentemente, si las inversiones mineras llegan a otros distritos, ¿qué ocurrirá con los trabajadores y trabajadoras de la minería en Atacama? No tenemos dudas de que se vería afectada toda la cadena de empleo local.

Esperamos que las indicaciones consideren un punto de equilibrio entre inversión y recaudación. Esto significa muy concretamente que las tasas efectivas deben ser razonables. Este es el punto central.

Nuestra minería, por su parte, debe ratificar que es capaz de mejorar los términos de relacionamiento con el entorno. Desde el accidente de “Los 33 de Atacama”, la tasa de accidentabilidad minera se ha reducido en un 83% en Chile. Además, hemos visto cómo la minería ha suscrito contratos con compañías energéticas para que sus procesos sean libres de emisiones.

Esperamos que se considere la voz de las regiones del norte, los desafíos y las capacidades de la industria para generar una recaudación acorde.

 

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