ROYALTY, UN DAÑO IRREPARABLE

Por Dominique Viera Peñailillo

Directora Tesorera Asociación de Proveedores Industriales de la Minería, APRIMIN

Vicepresidenta de la Cámara Minera de Chile

Directora de la Asociación de Empresas de Ingeniería y Consulta, AIC

Vicepresidenta de Operaciones del Grupo Metaproject

Distintos especialistas y gremios hemos advertido en distintas instancias del Congreso que el modelo Híbrido de Royalty propuesto por el Gobierno, donde en parte impone carga “Ad Valorem” (a las ventas) es malo, muy malo para el país. Que no logrará la función que busca de lograr mayor recaudación, y, por el contrario, terminará matando la inversión en minería. Además, como ya han advertido medios, logrará con ello el cierre de Mineras tales como Cerro Colorado o Zaldívar.

Debemos entender que esta propuesta eleva la carga tributaria a niveles imposibles para que un inversionista puede elegir Chile para sus negocios. Por lo mismo, deben trabajar en conjunto con los especialistas, muchos de ellos miembros en gremios mineros, para identificar un acuerdo que nos ponga a un nivel competitivo a nivel internacional y que no sigamos perdiendo competitividad, como lo muestra el indicador del Instituto Fraser, Nuestro país quedo en posición 33, la peor desde que se publica el índice, entre 165 economías, ubicándose detrás de Costar Rica y Guatemala, perdiendo así el liderazgo en América Latina.

Se siente la distancia entre los gremios, el ministerio, empresas mineras, expertos y el ministerio de hacienda que, históricamente ha manejado las decisiones de la industria. A veces cometiendo errores como la frustrada compra de Disputada de Las Condes, por no autorizar el aumento marginal en la oferta. Se necesita un trabajo de especialistas y que se entienda que la fórmula económica lineal, pensando sólo en recaudar fondos destruye la única industria a nivel mundial que tiene nuestro país.

Lo he indicado muchas veces y está demostrado en un sinnúmero de evidencia empírica económica, donde la mayor recaudación nos hace perder competitividad. Y tal vez, y aunque puede que no sea del gusto de algunas corrientes políticas, el bajar la carga impositiva al final fomenta inversión lo que trae mayor recaudación, mayores exploraciones y finalmente mayor trabajo y bienestar.

Hoy, además, es aún más importante. Estamos ad portas de una crisis inmobiliaria, no solo en Chile sino a nivel mundial. Es cosa de ver las declaraciones del presidente de la CCHC y las quiebras que se han mostrado en prensa en las últimas semanas de constructoras, por lo que ese sector ya se encuentra fuertemente afectado. Además, estamos viviendo la peor inflación que no hemos vivido hace décadas, por lo que hoy la minería viene siendo nuestra mejor ventaja competitiva y arma para poder salir de esta crisis.

¿Por qué? Porque para apreciar nuestra moneda necesitamos que entren dólares a la economía. Y no existe otra industria capaz, por volumen, de lograr ese objetivo. Más dólares, más se aprecia nuestra moneda, y con ello los bienes que compramos en dólares. Mejora la balanza comercial. Además, fomenta la baja en los combustibles al afectar el valor precio y ello a toda la canasta familiar del IPC. Finalmente, el pan que compramos en nuestros hogares se verá beneficiado, y el gran impacto es gracias a la minería.

Por ello, la urgencia extrema de entender que este mal proyecto debe ser reformulado. Porque no hay otra industria que genere este nivel de puestos de trabajo de manera directa e indirecta, construir escuelas, carreteras, desaladoras, caminos, hospitales, entre otros.

La ceguera ideológica puede terminar con la histórica “billetera de Chile” y después vendrán los lamentos. Pero será demasiado tarde.

 

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