La última publicación de la investigación global multianual ‘Beyond Intervention’, analizó por qué es urgente potenciar la equidad en la salud y comprender mejor la atención que requieren ellas.
“La falta de una atención oportuna de la salud vascular de las mujeres tiene consecuencias clínicas y económicas que se contraponen directamente con el objetivo de mejorar la salud de la población, la experiencia del paciente y la calidad de la atención, además de reducir costos».
Ese es el análisis que realiza el director del laboratorio de cateterismo del Hospital San Borja Arriarán y cardiólogo intervencionista en la Clínica Alemana de Chile, Dr. Gabriel Maluenda.
Y es que las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en el mundo con alrededor de 18 millones por año y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de las tres cuartas partes de los decesos por estas razones ocurren en países de ingreso bajo y medio.
En Chile las causas varían según sexo y edad, sin embargo, entre los motivos más recurrentes están las ECV que en 2019 (último año del que existen registros oficiales) representaron el 25,6% del total de defunciones, alcanzando las 28.079 personas con una tasa de 147,0 por cada 100.000 habitantes.
La última publicación de la investigación global multianual ‘Beyond Intervention’ del laboratorio Abbott, analizó por qué es urgente potenciar la equidad en la salud y comprender mejor la atención cardiovascular que requieren las mujeres. Además, reveló que la igualdad en esta materia sigue siendo una preocupación creciente y que un enfoque «único» está desactualizado.
Al respecto, las mujeres con enfermedad en las arterias coronarias (CAD) informaron una experiencia más desafiante que sus contrapartes masculinas en todos los puntos encuestados, incluido el acceso a la atención, los factores emocionales y las relaciones con sus médicos. Parte de esto puede estar relacionado con hechos documentados de que los síntomas en ellas se presentan de manera diferente y están subrepresentados en los ensayos clínicos.[1]
Un estudio publicado por Global Health Action indica que dos de cada tres muertes entre las mujeres se deben a enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas [2].
Datos de la asociación civil Go Red for Women indican que las enfermedades cardiovasculares afectan a más mujeres que todas las formas de cáncer combinadas y, sin embargo, solo el 44% reconoce que las enfermedades cardiovasculares son su mayor amenaza para la salud. Además, la mayoría de los episodios cardíacos y de accidentes cerebrovasculares se pueden evitar mediante la educación y cambios en el estilo de vida como moverse más, comer de manera inteligente y controlar la presión arterial.
Investigar la carga económica en salud de las enfermedades cardiovasculares desde una perspectiva de género, es parte de una estrategia para mitigar las desigualdades en salud y contribuir al diseño de políticas públicas y programas que ayuden a mejorar los resultados en salud.
Sin duda, cualquier sesgo que contribuya a que los síntomas de una persona sean descartados, hará que los médicos no prescriban los tratamientos adecuados, generando un impacto negativo en la vida de las personas y en la economía en general.
Si bien las mujeres tienen más probabilidades de sufrir consecuencias clínicas y económicas negativas debido a un diagnóstico o tratamiento insuficientes, también tienen un 75 % más de probabilidades de utilizar herramientas digitales para controlar su salud, por lo que existen buenas posibilidades de utilizar e implementar tecnologías novedosas para llegar a más mujeres y cerrar la brecha de diagnóstico y atención.
[1] on Coronary Pathophysiology & Microcirculation Endorsed by Coronary Vasomotor Disorders International Study Group. European Heart Journal. 2020
[2] NLM. Women and NCDs: Overcoming the neglect. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4012074/