HOY SE CUMPLEN 100 AÑOS DEL TERREMOTO EN ATACAMA

  • La historia dice que el reloj marcaba las 23:53 horas del 10 de noviembre de 1922 cuando en Atacama se dejó sentir el terremoto más fuerte que recuerde la historia moderna de la sismología, alcanzando una magnitud de 8,5º en la escala de Mercalli.

Su epicentro se localizó en la frontera de Chile con Argentina, a la altura de la comuna de Vallenar y las provincias argentinas de San Juan y La Rioja. Sin embargo, se sintió desde la región de Antofagasta hasta la Región Metropolitana en el lado chileno, mientras que en el lado argentino se sintió en las provincias de La Rioja, Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba, San Juan, Mendoza y en San Luis.Más de ochocientas fueron las víctimas que este terremoto dejó en nuestra región, la mayoría de ellas en Vallenar, donde fallecieron 550 personas y donde SOLO 7 de las 740 casas existentes no registraron destrozos. Treinta minutos después del terremoto vino el tsunami, inundando los pueblos costeros entre Antofagasta y Chañaral.

En Copiapó el terremoto volcó el péndulo de la estación sismológica, por lo que no quedaron registros instrumentales.  Un 40% de las casas quedó en el suelo y otro 45% quedó en pie, pero inhabitables. El hospital, la comisaría, el Teatro Municipal “El Rojo”, la iglesia parroquial y el Liceo de Niñas quedaron absolutamente destruidos. El cementerio presentaba un aspecto lamentable, debido a la destrucción de tumbas y nichos con la consiguiente exposición de los restos allí inhumados.

Otro de los pueblos más dañados fue Chañaral, donde el mar entró cinco veces en marejadas sucesivas que llegaron hasta un kilómetro tierra adentro, con olas de 9 metros de altura, destruyéndolo todo y cobrando al menos 17 víctimas fatales. La parte baja de la ciudad, que era la más importante desde el punto de vista comercial, quedó arrasada. La estación del ferrocarril, la maestranza, la escuela, la fundición de la compañía francesa, el teatro, la compañía de bomberos, los hoteles y la Caja de Ahorro quedaron totalmente destruidos. Esta última, la caja fuerte que tenía un peso estimado en 15 toneladas, fue desplazada más de quince metros y sepultada por los escombros.El Mercurio del 11 de noviembre de 1922 escribió el siguiente comentario: “Minutos antes de la media noche de ayer, la ciudad fue sacudida por un movimiento sísmico que produjo gran alarma entre los habitantes quienes a esa hora se hallaban en su mayor parte durmiendo… Tratamos de comunicarnos con las oficinas telegráficas situadas más hacia el norte y solo recogimos la noticia de haberse producido un violento sacudón… De La Serena un lacónico telegrama recibido a la media noche anunciaba que en esos momentos se dejaba sentir un fuerte temblor fenómeno que adquiría las proporciones de un terremoto, pues comenzaban a caer algunas murallas”.

Un par de días después de acaecido el terremoto, arribó a la región el Presidente de la República, Arturo Alessandri Palma, quien quedó hondamente impresionado al ver los efectos de la catástrofe. Sin embargo, debería pasar mucho tiempo para que los habitantes de Vallenar pudieran sobreponerse y lograran reconstruir su ciudad.

El Presidente Alessandri llegó a Caldera, el 12 de noviembre, a bordo del acorazado “Almirante Latorre”, trayendo los auxilios para los hospitales y víveres para los damnificados, junto con la suma de un millón seiscientos mil pesos para la provincia de Atacama.

Después de visitar Copiapó, el Presidente tomó un tren para llegar a Vallenar en la noche del sábado 18 de noviembre. Lo acompañaban el ministro de Guerra (Hoy de Defensa) Hernán Correa Roberts; el senador Abraham Gatica, los diputados por Atacama Enrique Oyarzún, Bruno Sergio Pizarro y Wenceslao Sierra; el director de Ferrocarriles, Rodolfo Jaramillo; el director de Obras Públicas, Ernesto Illanes y los corresponsales de prensa.

Por su parte, las autoridades locales recibieron al Presidente Alessandri en una carpa instalada en la Plaza de Armas, donde procedieron a dar cuenta tanto de los hechos como de la labor cumplida, tarea que estuvo a cargo del presidente del Comité Pro Terremoto, Alberto Coo Tagle.

Tan destruida quedó la ciudad de Vallenar que surgió la iniciativa de un grupo de vecinos por reconstruirla en el sector poniente en lo que es la salida hacia el puerto de Huasco, en una de las tantas haciendas que existen en el sector.

Gran parte de los fallecidos descansan su sueño eterno en el Cementerio Municipal de Vallenar, donde aún se pueden notar los nombres de las víctimas en las viejas cruces que acompañan las fosas ubicadas en el sector antiguo del camposanto.

Por Tierramarillano

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