En el evento, organizado por Imed. En colaboración con Bain & Company, contó con la participación de la exsubsecretaria de Salud, Paula Daza y el exministro de Salud, Álvaro Erazo quienes abordaron los desafíos pendientes que tiene el país en tecnología de la salud.
Esta semana tuvo lugar el conversatorio “Revolución digital y salud: Tendencias mundiales y una mirada a nuestro país” organizado por IMED en colaboración con Bain & Company, donde expertos nacionales e internacionales ahondaron sobre los cambios que en los próximos años.
El gerente general de Imed en sus palabras inaugurales agradeció la participación e indicó que “sabemos que el uso de herramientas tecnológicas implica oportunidades y desafíos sin precedentes y se han convertido en un gran aliado a la hora de crear y desarrollar avances con impacto social, económico y medioambiental”.
A través de un panel de conversación, Paula Daza, ex subsecretaria de Salud y actual directora ejecutiva del Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud de la Facultad de Gobierno de la UDD; Álvaro Erazo, ex director de Fonasa, subsecretario y ministro de Salud, y actual investigador de Clapes UC y docente en la facultad de Medicina de la UC; y Marcial Rapela, socio y director de Bain & Company en Chile, conversaron sobre los desafíos que tenemos como país para avanzar en la interoperabilidad en los sistemas de salud y qué nos falta como país para avanzar en este camino.
Sobre la digitalización de la salud en Chile, la ex subsecretaria de Salud indicó que Chile está lejos en estos momentos de una revolución digital. Además, agregó que “creo que la pandemia fue un buen empujón para avanzar en todo lo que significa tecnología y salud digital, ya que nos permitió dar respuesta a las necesidades que tuvimos en ese momento. No obstante, creo que nos faltan pilares fundamentales para avanzar, como lo es la gobernanza, la interoperabilidad de los datos y su integración”.
Respecto a la entrega de data por parte del paciente, Álvaro Erazo comentó que “si bien puede parecer burocrático, el hecho que tengamos registro clínico es un elemento fundamental, y esto tiene que ir de la mano con la rectoría sanitaria”.
Por su parte, Marcial Rapela se refirió a la importancia de las plataformas para gestionar la digitalización en el sector, argumentando que “la pandemia fue el mejor chip para la adopción de la incorporación de la tecnología digital y es un tema que no va a parar. La tecnología va a bajar los costos, reducir la complejidad y habilitar la gobernanza necesaria para que las plataformas se puedan implementar con mayor rapidez”.
Desafíos a 2030
Quinn Solomon, socio de Bain en San Francisco y experto en la aplicación de nuevas tecnologías en el sector salud, estuvo a cargo de presentar a la audiencia los principales beneficios de interoperabilidad de datos a nivel global, y el rol de los actores involucrados en el ecosistema.
“Cuando los datos están todos integrados en un conjunto, es mucho más fácil lograr una mejora en la experiencia del paciente, entregando atención oportuna en el caso de emergencias y un apoyo para adherencia a tratamientos de personas con enfermedades crónicas”.
Solomon complementó su exposición con el caso de éxito de Israel, país que ha logrado incorporar la interoperabilidad mediante una política de privacidad y protección de data confidencial como eje primordial, teniendo entre sus principales beneficios una mejora en la calidad y seguridad de los tratamientos médicos, gracias a la información precisa y certera que permite la integración de data.
Por su parte, la socia de Bain en São Paulo y líder de la práctica de Healthcare para América del Sur, Luiza Mattos abarcó los principales cambios que tendrá la atención primaria de salud a 2030, entre los que destacó el alza en costos, cambios demográficos, aumento de consumo, disrupción digital y escasez de profesionales a causa de los estragos de la pandemia.
Durante su exposición, Mattos comentó que una de las tendencias que se visualiza en el sector es que el 30% de la atención primaria podría ser prestada por proveedores no tradicionales como los retailers, que podrían alcanzar una cuota de mercado de 5-10% en 2030.
En este escenario, la experta enfatiza que las compañías deben situar al paciente en el centro de su quehacer. “Hoy la tecnología y la atención primaria deben estar alienadas para acelerar el acceso, resolución del cuidado, una posibilidad de disminución de costos, y especialmente entrega la posibilidad de mejorar en la experiencia del usuario, incluyendo a los pacientes y los profesionales de salud”, agregó Mattos.