PASEOS DE FIN DE AÑO: ¿CÓMO PODEMOS REDUCIR EL RIESGO DE ACCIDENTES? CONOZCA LOS TRES MÁS COMUNES

Se acerca el periodo de viajes y paseos de curso en los colegios. Sin embargo, siempre es necesario considerar el riesgo que esto implica y para ello el Dr. Francisco Marino, Subjefe de Urgencias de Clínica Las Condes detalla cuáles son las principales situaciones de riesgo que se presentan en este contexto y cómo evitarlas.

Ya sea en el campo, la playa o la piscina, los paseos de fin de año son una tradición para dar término al periodo escolar y, por ende, festejar el inicio de las tan anheladas vacaciones. Estas actividades incluyen a niños, adolescentes y apoderados, situación que aumenta la posibilidad de poner en riesgo su seguridad. “Dependiendo de la edad, existirá una mayor prevalencia a determinados accidentes, así, las caídas o traumatismos, serán una causa importante de estos, como también aquellos relacionados a actividades dentro o cerca del agua”, explica el Dr. Francisco Marino, Subjefe de Urgencias CLC. Por esto, una buena planificación, puede proveer mayor seguridad tanto a los niños como a los adultos cuidadores y así estar preparados para reaccionar de forma eficaz ante una emergencia.

Tanto profesores, padres, cuidadores o adultos a cargo del paseo deben estar atentos en todo momento a las actividades y juegos que estén realizando los niños. Ya que todas suponen algún tipo de riesgo, principalmente, en aquellos panoramas que se vinculan con el agua. “En estas fechas, este tipo de accidentes empiezan a cobrar una gran relevancia, tanto por la incidencia en que se pueden presentar, como por las terribles secuelas físicas, familiares y sociales que pueden ocasionar.  Como recomendación, jamás debemos dejar a nuestros hijos solos ni lejos de vista (al estar en el agua, no más de un brazo de distancia), siempre debemos preocuparnos de contar con los elementos de seguridad necesarios, como dispositivos de flotación, saber y conocer los elementos de seguridad externos (rejas de piscina), e identificar otros factores que pueden ser peligrosos (filtros o roqueríos), enseñándoles a evitar también actividades riesgosas como los clavados o piqueros”, detalla el especialista CLC.

Por otra parte, resulta necesario prestar especial atención a todas aquellas actividades realizadas al aire libre, como mountain bike y trekking; donde se pueden presentar caídas, heridas y otros traumatismos. Además, se debe enfatizar el uso de casco y otros elementos de protección externa.

Accidentes más frecuentes.

Es necesario tener en consideración que la forma de actuar dependerá del tipo de accidente que se genere, ya sea, a raíz de un golpe, caída, asfixia, entre otros.

  • Ahogo por inmersión: Este tipo de accidente se produce a raíz de una insuficiencia respiratoria producida por inmersión de un medio acuoso. Situación que, dependiendo del tiempo, puede requerir maniobras de soporte vital en el lugar y posterior traslado a un servicio de emergencia médica.
  • Heridas: Son lesiones que rompen la piel u otros tejidos del cuerpo. Estas incluyen cortaduras, arañazos y picaduras en la piel. Hay distintos grados, pero las heridas menores (que se producen generalmente en los paseos) no suelen ser graves, aunque es fundamental limpiar la piel de la zona afectada para evitar consecuencias a futuro, como lo explica el Dr. Marino, “debemos recordar que la piel es un órgano, en la cual una de sus funciones es ser una barrera protectora, y que, frente a una herida, esta pierde su continuidad, quedando expuesta a agentes contaminantes, pudiendo además, presentar un sangrado activo”.
  • Luxación: Este tipo de accidente ocurre cuando surge la separación de dos huesos entre una articulación. “En el caso de una luxación, es importante no realizar ninguna maniobra, inmovilizar la extremidad, dar analgésico y acudir al servicio de urgencia más cercano”, agrega.

Ante situaciones más complejas, es importante que todos los adultos a cargo estén comunicados y mantengan a la mano los números de emergencia, tanto de rescate como de los apoderados correspondientes. Con esto, se podrán activar las redes de apoyo y el vínculo con el servicio de urgencia. “Si hubo un accidente traumático a raíz de una caída o golpe a nivel del cráneo, lo correcto es no mover al paciente y si este se encuentra con un casco, nunca extraerlo, esto con el fin de evitar un daño mayor por personal no capacitado. “No olvidemos que ninguna medida externa de seguridad, podrá reemplazar nuestro cuidado y vigilancia que, como padres, debemos siempre entregar”, finaliza diciendo el Dr. Francisco Marino.

 

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