Hace un par de semanas el mundo minero fue informado de los malos indicadores que presentó la Empresa Nacional de Minería, ENAMI, como resultado final de su gestión durante el año 2022.
Durante la administración que llevaba los destinos de ENAMI durante el año 2021; esta empresa del Estado presentó utilidades por 34 millones de dólares. Lamentablemente, durante el año 2022; periodo de tiempo liderado por su nuevo vicepresidente ejecutivo Jaime Pérez de Arce, militante socialista nombrado por el presidente Gabriel Boric en abril de 2022, la Empresa Nacional de Minería terminó con una mega pérdida económica, ni más ni menos que de 78 millones de dólares y un descenso en la producción de 7% comparado con el año 2021. Se puede decir nuevo vicepresidente ejecutivo por haber tomado Pérez de Arce nuevamente el máximo cargo en ENAMI en abril de 2022; pero se sabe que el mencionado ejecutivo viene jugando a la silla musical en ENAMI desde hace dos décadas. Para los gobiernos de izquierda no hay otro chileno capaz de dirigir a una empresa que tiene la responsabilidad de darle viabilidad a la pequeña minería del país. Por eso es muy lamentable y altamente preocupante, la mega pérdida económica que presentó ENAMI en la gestión de Jaime Pérez de Arce durante el año 2022.
Pero más preocupante aún son las acciones que se toman dentro de la ENAMI que contribuyen a tener tan abultadas pérdidas. Durante la presente semana varios medios de comunicación de alcance nacional han informado respecto de indemnizaciones pagadas a altos ejecutivos para luego ser recontratados. Sin duda un negocio bastante rentable para los involucrados, pero lo lamentable es que es un negocio de alta rentabilidad hecho con el dinero de todos los chilenos, es decir, con los impuestos que con esfuerzo, todos los chilenos pagan mes a mes al fisco. Con esos recursos hay algunos que abultan de buena forma sus bolsillos, para tener como resultado final una empresa de todos con mega pérdidas económicas. Estos privilegiados ejecutivos son Pedro Pablo Lavín y Sandra Bertoglio, quienes fueron desvinculados de ENAMI en febrero de 2022 porque una auditoría detectó múltiples irregularidades en las negociaciones y venta de ácido sulfúrico, que habrían significado una pérdida para la ENAMI superior a cinco millones de dólares. No obstante esto, al ser desvinculados, Pedro Pablo Lavín recibió la cuantiosa indemnización de 450 millones de pesos y Sandra Bertoglio 400 millones de pesos, es decir, más de un millón de dólares entre ambos. Pero, una vez instalado nuevamente Jaime Pérez de Arce en la vicepresidencia ejecutiva de la ENAMI, quienes recibieron la millonaria indemnización fueron recontratados con sueldos en torno a cinco millones de pesos mensuales. Este caso fue presentado por el ex Ministro de Minería Juan Carlos Jobet, al Ministerio Público y al Consejo de Defensa del Estado el 28 de enero de 2022; para definir si se estaba en presencia de negligencia o de actos de otra índole.
Valga señalar que el socialista Jaime Pérez de Arce ha sido cuestionado por desvincular ejecutivos de la ENAMI que llegaron a sus cargos por medio de un proceso de selección, para reemplazarlos por personeros de la exclusiva confianza política y personal de Pérez de Arce. Ex ejecutivos de la estatal han referido a una veintena de personas indemnizadas y recontratadas, como es el caso de el actual gerente de la Fundición Paipote, Hernán Santander, Iván Fortín, actual gerente comercial, el socialista Gianvictor Cuneo, abogado que en el presente se desempeña como gerente de recursos humanos y comunicaciones y la muy conocida en Atacama, la socialista Viviana Ireland, quien en la actualidad y desde 2022 se desempeña como gerente de fomento de la ENAMI.
Queda claro que hay algunos que han sabido desarrollar la especialidad de estar siempre recibiendo en sus bolsillos los dineros del Estado, es decir, el dinero de todos los chilenos, como es el caso de Jaime Pérez de Arce y de la señora Ireland, quien en el momento de dejar el cargo que se le entregó hace casi un año en la ENAMI, se irá a sentar a una silla que la espera en el Gobierno Regional de Atacama.
El Mensajero del Desierto