No es fácil hablar de seguridad en el país cuando se pretendía reorganizar y debilitar a los policías, quitándoles gran parte de sus facultades para actuar en el resguardo del orden público. Resulta inadmisible pretender consagrar el derecho a vivir en un entorno seguro y libre de violencia cuando se les otorga más derechos a los delincuentes que a las víctimas. A los primeros los defiende el Estado gratuitamente e incluso se les alimenta y da un lugar para dormir sin costo, sin embargo los segundos se ven obligados a defenderse con sus propios recursos para asegurar la efectividad, en circunstancias que no existe una verdadera defensoría para las víctimas.
Los índices de inseguridad que registra el país nos indica el grado de temor con el que vive la gente, siendo este un 28% a nivel nacional. No podemos vivir con miedo a la delincuencia y a la violencia. Una nueva constitución debe contemplar un derecho efectivo a la seguridad pública y es necesario modernizar y fortalecer a las policías, crear una defensoría de las víctimas gratuita y un programa de ayuda y acompañamiento para ellos en virtud de las consecuencias derivadas de los actos delictuales.
Con tu apoyo este 07 de mayo, podremos juntos escribir una Constitución que vele por nuestra libertad y seguridad y la de nuestras familias.
