Gabriel Boric busca ocupar al máximo el espacio mediático, tanto en redes sociales como en la prensa tradicional. Esto lo logra con estrategias definidas, como permanentes alocuciones presidenciales, recorriendo de manera frenética el país para lograr escenarios y oportunidades, fotografías inaugurando hospitales, como por ejemplo el Hospital de Huasco con falta de especialistas.
Toda esta humareda mediática oculta, mientras tanto, cómo no, la pérdida acelerada en el control de la delincuencia y el narcotráfico, la rampante inseguridad ciudadana, la inseguridad económica, desmonta planes de inversión y deprime las expectativas de crecimiento de los empresarios, la caída de la tasa de crecimiento, el aumento del desempleo, el debilitamiento de la actividad de construcción de vivienda, vías e infraestructura.
También vemos a los políticos de su coalición en los matinales de televisión distrayendo a la opinión pública de las grandes embarradas del mismo gobierno o dando falsa pantalla y relevancia a las acciones publicitarias de sus áulicos más cercanos al gobierno.
Basta ver cómo están llevando el Estado al servicio de la política, pretende aumentar los impuestos a costa del emprendimiento para financiar la contratación de amigos, parientes y operadores políticos en el aparato estatal.
Es así como vemos a Gabriel Boric dando discursos sin gobernar, porque está convencido de que a punta de fantasías, relato y propaganda saldrá al otro lado, ocultando los problemas y cuando son inocultables los ignorará y le echará la culpa a otros, como lo ocurrido en Iquique, donde aisló al «Pueblo».
Como recuento, cada vez lo vemos menos y muy alejado del “pueblo”.
Adolfo Sadrac Godoy Carrasco