Tras el fuerte temblor ocurrido en la zona central de nuestro país, como ocurre siempre, cada vez que sucede algo en Santiago, reaccionan todos los medios y los análisis son intensos y las elucubraciones mayores aún.
En este contexto, el Diario La Tercera de ayer tituló en una crónica ¿Dónde podría ocurrir el próximo gran terremoto en Chile? Y luego, preguntó: ¿Es posible que volvamos a vivir un terremoto devastador como el 27F?
A los atacameños, este tema nos interesa sobre manera porque ya cumplimos 100 años desde que nos azoló el último gran terremoto y, por lo tanto, según los científicos, en Atacama existiría una gran fuerza activa de las placas tectónicas que podría manifestarse en cualquier momento.
Y aunque la ciencia no tiene una respuesta clara, pues es imposible predecir con certeza cuándo ocurrirá un gran sismo, sí hay estudios de patrones que pueden dar atisbos de las zonas de riesgo sobre dónde podría golpear un nuevo gran terremoto en el país, lo cual -en todo caso- no significa que vaya a ocurrir mañana… aunque … quién sabe.
Así lo reconoce en el texto de esta crónica don Luis Donoso, sismólogo y académico de Geofísica Aplicada de la Universidad del Desarrollo, quien enfatizó sin titubeo alguno que “la zona que tiene mayor potencial de tener un terremoto con una magnitud cercana a los 8.8 grados es Atacama, tal como en el sismo de 1922″.
Luego, el experto sismólogo se explaya en razones técnicas agregando que existen ciertos patrones que develan una posible gran ruptura en la zona que para el lego resulta complicado de entender.
Por ejemplo, señala: “Tenemos un 8.4, está ahí, pero no sabemos si se va a romper todo o se va a romper por partes, entre Chañaral y La Serena”, explicando de esta forma que los lugares mencionados comprenden una zona de ruptura, es decir, un punto en el interior de la Tierra que se rompe y genera un gran sismo que está asociado al tamaño de esa área. Esto quiere decir que, si se fractura una gran área, será un gran sismo. En cambio, cuando se fractura solamente un área menor, la magnitud del sismo generado también es inferior a la esperada”.
En conclusión, al margen de las consideraciones científicas, cabe preguntar cuán preparados estamos como región para afrontar un sismo de esta magnitud. ¿Aprendimos algo de los terremotos del 2007 y 2015 que afectaron el centro-sur y la zona de Coquimbo, respectivamente?
Por ejemplo, en la Cuarta Región se han realizado variados simulacros de terremoto y tsunamis en el último año, también tienen demarcadas las zonas de escape con letreros visibles en distintos puntos de las comunas de Coquimbo y La Serena en caso de tsunamis
¿Y en Copiapó, particularmente, qué se ha hecho?
No se ha sabido de simulacros de terremoto en los colegios. Tampoco se han definido zonas de escape…
Son muchas las preguntas que nos podemos hacer en las diferentes áreas que podrían verse afectadas con un terremoto superior a los 8 grados de intensidad y que bien valen la pena tener en cuenta para estar preparados.
Por Tierramarillano Chile
