Por Ulises Carabantes Ahumada
Ingeniero Civil Industrial.
La semana recién pasada el Consejo Regional presidido por el gobernador Miguel Vargas Correa aprobó dos mil quinientos millones de pesos para efectuar un nuevo estudio en Tierra Amarilla con el fin de definir si existen labores subterráneas producto de la actividad minera bajo la ciudad.
No deja de llamar la atención esta situación, pues viene a desacreditar definitivamente un estudio similar que se efectuó en los años 2014 y 2015; efectuado por la llamada “mesa minera”, que presidía el intendente de la época y actual gobernador regional Miguel Vargas y que contó con el aval técnico profesional de nuestra universidad regional, la Universidad de Atacama, a través de su departamento de minas. Dicha “mesa minera” estuvo integrada por representantes de la comunidad de Tierra Amarilla, juntas de vecinos, sindicato de pirquineros, asociación minera, municipalidad y empresas mineras. El resultado de aquel estudio del 2014 y 2015 fue que bajo la ciudad de Tierra Amarilla no hay labores mineras que pongan en riesgo a la población.
Con el hundimiento de terreno que se constató a mediados del año 2022 en la superficie de la mina Alcaparrosa se puso en tela de juicio el estudio de los años 2014 y 2015; dándose incluso la inverosímil situación que hasta un sociólogo, académico de la Universidad Alberto Hurtado de Santiago, vino a opinar de estos asuntos y estudios mineros. Hubo visita del presidente de la república a Tierra Amarilla quien señaló que las explicaciones técnicas que dio la empresa no tenían valor en cuanto a su credibilidad.
Dado lo anterior, se empleará la cuantiosa suma estatal ya indicada, dos mil quinientos millones de pesos, para efectuar un nuevo estudio, esta vez a cargo del Servicio Nacional de Geología y Minería. Este servicio es el que fiscaliza en forma permanente a la industria minera y cabe preguntarse, ¿en su labor habitual no ha detectado SERNAGEOMIN desarrollos subterráneos que se proyecten por debajo de la ciudad de Tierra Amarilla? ¿No se ha constatado esto por medio de los proyectos de explotación que presentan las compañías mineras para nuevos desarrollos ante este servicio del Estado?
Si finalmente no se constata la existencia de labores subterráneas bajo la ciudad de Tierra Amarilla, como vaticinan muchos que así será, estaríamos siendo testigos de recursos del Estado mal gastados y ante la necesidad que se le pida disculpas a nuestra Universidad de Atacama y a profesionales del área minera de nuestra región que han sido desacreditados en su trabajo, incluso por aquel poco prudente sociólogo académico de la Universidad Alberto Hurtado quien se refirió, a través de un medio de comunicación escrito que circula en nuestra región, a una disciplina que escapa totalmente de su competencia profesional. Tal cual.