Por Ulises Carabantes Ahumada
Ingeniero Civil Industrial.
El pasado viernes 25 de agosto se efectuó en Copiapó un seminario para abordar los desafíos para la minería en Atacama, denominado “2° Congreso de la Minería Región de Atacama”. Esta instancia, que tuvo una alta convocatoria y que fue organizada por la Gobernación Regional de Atacama, contó con la presencia de dirigentes mineros provenientes desde Tocopilla hasta Petorca, es decir, congregó a los principales actores de la pequeña minería de prácticamente todo el país. Además, por supuesto, estuvieron los parlamentarios de la región, senadores y diputados, senadores Yasna Provoste y Rafael Prohens y diputados Cristian Tapia, Daniela Cicardini, Juan Santana, Jaime Mulet y Sofía Cid.
El tema central a tratar era la nueva fundición y además refinería en Paipote. Para ello estaban presente el recién desvinculado vicepresidente ejecutivo de la Empresa Nacional de Minería Jaime Pérez de Arce y quien lo sucedió en el cargo a partir del 16 de agosto pasado, Iván Mlynarz. En el programa del Seminario estaba programada la intervención por la tarde de la nueva ministra de minería, Aurora Williams, momento en que también intervendrían, de acuerdo con el programa establecido, los dirigentes mineros de Atacama, Eduardo Catalano y Joel Carrizo.
Después del almuerzo comenzaron a quedar las dudas. Cuando tenían que intervenir los dirigentes mineros, desaparecieron del recinto en donde se efectuaba el seminario el senador Rafael Prohens, la diputada Sofía Cid y el diputado Juan Santana, en lo que la concurrencia consideró un desaire para la pequeña minería de Atacama y del país. Para peor, la principal autoridad política minera del país, es decir, la ministra Aurora Williams, arribó por tierra desde Antofagasta y no estuvo dentro del auditorio para escuchar al mundo minero ni para emitir sus apreciaciones como así estaba programado. Almorzó y se retiró del recinto. Para terminar de configurar un muy desfavorable escenario para el mundo de la pequeña minería nacional, el nuevo vicepresidente ejecutivo de la Empresa Nacional de Minería, Iván Mlynarz, almorzó y también se retiró, junto a los gerentes que lo acompañaban, no permaneciendo en el recinto para, por lo menos, escuchar a la dirigencia minera. Una pésima señal de cara a los desafíos que enfrenta la pequeña minería nacional. Quedó la impresión de que las nuevas autoridades mineras vienen a cumplir con un cometido, sin escuchar a los chilenos involucrados y actores fundamentales en la industria minera a pequeña escala. La nueva fundición y además refinería de Paipote, es un proyecto estratégico, es decir, con componentes positivas para el desarrollo regional y de Chile en el largo plazo, que muchos ponen en duda, buscando el camino fácil, la simple exportación de concentrados para fortalecer industrias cupríferas foráneas. Sólo los estadistas y verdaderos amantes de Chile y su pueblo, son los que están por una nueva fundición y refinería en Paipote, quienes abogan por intereses de corto plazo, privilegiando lo foráneo, pretenden que Chile siga cayendo en su capacidad de fundición y refinación de cobre como ha ocurrido en las últimas tres décadas, en función del aumento sostenido de la capacidad de producción de concentrados en Chile y el mundo, exportando sólo concentrados de cobre al exterior, sin agregar valor a nuestra principal riqueza básica.
Cerrar una fundición, como fue el caso de Fundición Ventanas en mayo del presente año 2023; lo hace cualquiera. Dar el vamos a la construcción y puesta en marcha de una fundición, sólo lo hace un estadista. Así ocurrió el 7 de mayo de 1947; cuando el presidente de la república de la época, Gabriel González Videla, uno de los más grandes estadistas que ha tenido Chile en su etapa republicana, llegó a Copiapó para colocar la primera piedra de lo que sería la fundición más moderna del mundo, con la chimenea más alta de Sudamérica y que se comenzaría a construir en Paipote, bajo un concepto fundamental, el “custom smelter” o “fundición por encargo” o “fundición personalizada”, es decir, el poder de compra abierto en forma irrestricta y a todo evento para la pequeña minería nacional. Ese concepto, es el que ha mantenido activa, por casi cien años, una actividad que genera gran cantidad de puestos de trabajo y divisas para Chile, variable numérica que ha sido medida por expertos en la materia. El 26 de enero de 1952; el gran estadista Gabriel González Videla, en su último año como presidente de Chile, llegó a Copiapó para inaugurar la Fundición Nacional de Paipote, la que no representaba sólo un negocio, sino un instrumento de fomento a la industria minera y una herramienta de movilidad social para los trabajadores y sus familias, como así ha sido por más de setenta años.
Reitero el concepto, una fundición la cierra cualquiera, sólo un gran estadista construye y pone en operación una nueva fundición.