El Inesperado Giro en la Batalla Constitucional: ¿Qué Está en Juego?

Por Eduardo Estefan Sepúlveda

En un revelador episodio la semana pasada, José Antonio Kast, en el canal de YouTube oficial de su partido, dejó a todos boquiabiertos al declarar que si las enmiendas propuestas al nuevo proyecto de constitución no logran su aprobación, no dudarán en convocar a votar en contra. ¿Cómo es posible que los republicanos estén dispuestos a tal medida? La respuesta yace en una trama que se ha estado tejiendo tras bambalinas.

Desde la formación del Consejo Constitucional, la opinión pública había anticipado que el texto resultante sería una interpretación más o menos fidedigna de lo que los expertos habían redactado. Se asumía que los consejeros republicanos tendrían limitada influencia en el proceso. Sin embargo, las cosas no han seguido el curso esperado.

Sorprendentemente, los límites mismos de la constitución han resultado ser maleables, desencadenando un ajuste estratégico por parte de los consejeros republicanos. El rechazo de estas modificaciones por parte del oficialismo, particularmente del Partido Comunista y el Frente Amplio, llevó el asunto ante la Corte Suprema. La sentencia de esta última respaldó la capacidad de alterar dichos límites. De esta forma, el texto inicial recibido por el partido se ha vuelto completamente maleable, susceptible de una transformación total.

Este dramático escenario llevó al Partido Comunista a tomar una decisión radical: instar a votar en contra de cualquier resultado que surja del Consejo Constitucional, aún sin saber qué forma tomará dicho resultado. ¿Qué motiva esta audaz jugada? La razón subyacente es clara: el conjunto de enmiendas propuestas por el partido republicano transformaría el texto constitucional en uno que enfatiza la libertad individual y la seguridad, un giro que amenaza las aspiraciones radicales del Partido Comunista y el Frente Amplio.

Adicionalmente, los comunistas se percatan de un resquicio: si el texto no es aprobado en diciembre, tienen la oportunidad de presentarse en el Congreso para intentar enmendar la actual constitución. Este intento de introducir elementos previamente rechazados, como los que fueron vetados en el plebiscito del 4 de septiembre de 2022, representa un último esfuerzo por mantener viva su agenda revolucionaria.

Los comunistas, conscientes de que un nuevo texto constitucional les cerraría el paso, han optado por la ofensiva al llamar a votar en contra del proceso en su totalidad. Mientras tanto, los republicanos adoptan una postura de espera, reservándose su veredicto hasta que el nuevo texto vea la luz.

La batalla por la nueva constitución se ha convertido en un escenario de altas apuestas y movimientos tácticos inesperados. La lucha por la libertad ideológica en la redacción de la nueva carta magna ha demostrado ser más compleja y dinámica de lo que se preveía. El panorama político está al borde de un cambio drástico, y el veredicto final está en manos del pueblo.

En este juego de estrategias y posiciones en pugna, el destino de Chile está en juego. La respuesta a la pregunta fundamental – ¿se adaptará usted a una narrativa de libertad individual y seguridad, o se inclinará a votar junto con el partido comunista? – recae en el proceso constitucional en curso. La controversia está servida, y el futuro de Chile pende en la balanza.

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