Vecinos de Copiapó y pasajeros usuarios del terminal de buses Pullman, ubicado a la entrada sur de esta capital regional, han observado que, desde hace varias semanas, un adulto mayor indigente, en total estado de abandono e higiene, duerme y hace sus necesidades fisiológicas en sus ropas, utilizando los bancos del terminal rodoviario para pasar sus tristes y solitarios días, sin que ningún ciudadano se acerque a preguntarle por qué está allí y, menos aún, qué necesita para alimentarse o asearse.
Utilizando las redes sociales, una usaría realizó esta denuncia y, ni aún así, el llamado ha sido acogido por las autoridades del sector ni sanitarias, lo que -según los cibernautas- indigna y molesta por el grado de insensibilidad de quienes nos gobiernan y hacen gárgaras políticas con el tema del cuidado de la ancianidad y las reformas previsionales.
Curiosamente, tampoco se ha hecho presente ninguna “fundación” que vaya en su ayuda y eso que en el escándalo que las sacude se dijo que había una que tenía como misión velar justamente por los desamparados y abandonados, como es el caso de este adulto mayor.
“El Gobierno habla de que los adultos mayores son una gran preocupación para ellos, pero aquí se ve, en la realidad, que estas palabras son puro verso”, acotó otro pasajero de la citada empresa.
“He llamado hasta al Hogar de Cristo y dicen que no pueden hacer nada, lo mismo que en la Municipalidad y Carabineros”, acotó la dama denunciante, junto con reiterar el olor nauseabundo que expele esta persona, agregando su preocupación porque el abuelo duerme allí, sufriendo la inclemencia de las gélidas noches copiapinas. “Ojalá alguien se pueda hacer cargo de él”, concluye.
Tierramarillano Chile
