Monona Valdés Cortez
Académica de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales, U. Central
La inasistencia grave refiere a aquella situación en la que el estudiante asiste a menos del 85% de las clases durante un mes. En este contexto, las últimas cifras de inasistencia escolar grave, no sólo son altísimas en el país, según el Centro de Estudios del Ministerio de Educación, el porcentaje de estudiantes en esta condición, alcanza un 31,8% entre los meses de marzo-julio de este año. Acción Educar, agrega, que en los establecimientos que dependen de Servicios Locales de Educación Pública (SLEP), 4 de cada 10 estudiantes no asistieron en abril pasado.
El Plan de Reactivación Educativa que trabaja el Mineduc, en uno de sus tres ejes, incluye como foco la asistencia y revinculación, con el objetivo de “Garantizar integralmente las trayectorias educativas de niñas, niños y adolescentes, implementando un sistema de garantía de la continuidad y trayectoria educativa integral, con expresión nacional, regional, territorial y en cada centro educativo”. Sin embargo, los datos entregados por el Gobierno, ocultan una realidad incipiente, donde la asistencia está bajo el promedio en comparación a los años sin pandemia.
En este mismo contexto, es posible considerar que uno de los argumentos que sustentan esta alta inasistencia grave, hace referencia a los mensajes emanados desde dos Ministerios, el de Salud por una parte, que provoca en nuestro registro recomendaciones confusas a cuidarnos en periodos específicos y por otra parte, el Ministerio de Educación, quien activa, por ejemplo, el uso de mascarillas para resguardar la salud de los estudiantes en contexto escolar. La dicotomía en los mensajes genera confusión y temor entre las comunidades, quienes se ven obligadas a tomar medidas de resguardo como no enviar a niños, niñas y adolescentes a clases.
En síntesis, la educación se desafía a un paradigma oculto, que debe enfrentar para combatir el fenómeno de las sillas vacías en las distintas aulas del país. El Mineduc, por su parte, debe plantear desafíos que reflexionen sobre la permanencia de los estudiantes en el sistema escolar y no principalmente discutir sobre el porcentaje de asistencia, sino más bien, acciones concretas a implementar para cautivar a los y las estudiantes que se encuentran con ausentismo escolar, incorporando principalmente como aliado a la familia.