Las estadísticas son preocupantes: los ataques cerebrovasculares (ACV) en menores de 45 años aumentaron un 40% en las últimas décadas. Si bien, este cuadro es más frecuente a partir de los 50 años, hoy la comunidad médica está en alerta por la temprana edad en la que se está presentando la enfermedad y que, en el 20% de los casos, deja algún grado de discapacidad.
“Cada vez hay más pacientes jóvenes con accidentes cerebrovasculares y, si bien antes eran casos particulares vinculados a aspectos genéticos, hoy la presencia en personas jóvenes tiene que ver con el aumento de la incidencia de los factores de riesgo cardiovascular como hipertensión arterial, la obesidad, el tabaco, el estrés, el sedentarismo”, explica el jefe de neurología de Clínica Las Condes, Dr. Esteban Basáez.
El ACV ocurre cuando se interrumpe el suministro de sangre hacia el cerebro, o cuando existe un sangrado dentro del cerebro. Es una urgencia en la que, cuanto antes se reciba atención médica, mayores son las posibilidades de sobrevivir o quedar sin secuelas.
Al respecto el neurólogo de Clínica Las Condes, explica que hay dos tipos de ACV. “Los hemorrágicos o derrames cerebrales, suceden cuando se rompen venas o arterias del cerebro y la sangre pasa al tejido cerebral. Mientras que los isquémicos comúnmente llamados trombosis, son los más frecuentes y corresponden a aquellos en que se cierran los vasos sanguíneos o arterias y deja de regarse el tejido cerebral”.
Síntomas
Los 3 síntomas más comunes de un ACV son la pérdida de la fuerza en un brazo o en una mitad del cuerpo, la parálisis de la mitad de la cara, y la dificultad para hablar o hacerse entender. Cualquiera de estos 3 síntomas, si se produce de manera repentina, nos debe hacer pensar en un ACV.
Factores de riesgo
Existen diversos factores de riesgo susceptibles de un ACV. Por ejemplo, en los ataques cerebrovasculares hemorrágicos pueden verse más presentes en personas con las siguientes patologías:
- Hipertensión.
- Colesterol alto.
- Diabetes Mellitus.
Por otro lado, los ataques cerebrovasculares isquémicos están mucho más vinculados con hábitos y comportamientos de los pacientes. Dentro de los que se encuentran:
- Consumo de tabaco.
- Consumo de alcohol.
- Estrés.
- Falta de sueño.
- Dieta poco saludable.
El neurólogo de Clínica Las Condes, Dr. Esteban Basáez, explica que, si estos factores de riesgo se mantienen a raya la probabilidad de padecer un ACV disminuye. Para ello, es fundamental mantenerse saludable siguiendo hábitos como.
- Mantener controles periódicos de los parámetros mencionados.
- Hacer actividad física.
- Reducir el estrés.
- Dormir bien.
- Mantenerse activos.
¿Qué hacer frente a síntomas sugerentes de ACV?
Lo más importante es solicitar asistencia médica lo antes posible. Incluso si los síntomas son transitorios, es impredecible si este puede terminar en un ACV propiamente tal. Se calcula que, si el tejido cerebral no recibe irrigación, se pierden irreversiblemente más de dos millones de neuronas por minuto, por lo que el tiempo de consulta y tratamiento son un factor fundamental.
Actualmente, en el caso de los infartos cerebrales, existen terapias de reperfusión que pueden realizarse de urgencia, como el uso de trombolíticos (potentes anticoagulantes que se administran a la vena) o el uso de la terapia endovascular donde, un médico con alto nivel de entrenamiento es capaz de, mediante una punción de las arterias, llegar al sitio de la oclusión arterial para extraer el trombo. Ambas terapias tienen mejor resultado mientras antes se realicen.
Este domingo 29 de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora el Día mundial contra el ataque cerebro vascular. Y nuestro país no queda al margen de esta conmemoración que busca concientizar sobre la enfermedad que, solo en 2021, fue la segunda causa de muerte en Chile con más de 7.500 decesos y la primera causa de discapacidad en nuestro país.