Los huevos y productos cárneos son una buena fuente de esta vitamina que, además, es fundamental para el funcionamiento del sistema nervioso.
La vitamina B12 es fundamental para la reparación de los tejidos, especialmente cuando alguno de éstos es sometido a procesos inflamatorios prolongados como fibrosis quística, colitis ulcerosa, artritis, entre otras, favoreciendo los mecanismos de reparación del material genético (ADN) de las células afectadas, devolviéndoles su condición normal.
Así lo reveló una reciente publicación de la investigadora Dra. Marta Kovatcheva, del Barcelona Institute of Science and Technology (BIST), que detalla también los mecanismos celulares vinculados a la acción regeneradora de la vitamina B12 sobre modelos de inflamación intestinal, y su aplicación en plasticidad celular, sumando elementos determinantes para entender la importancia del consumo apropiado de vitamina B12 para la salud humana.
La deficiencia de vitamina B12 o cobalamina es muy frecuente, particularmente después de los 50 años, asociándose su carencia a la alteración de muchos procesos en el sistema nervioso, causando enfermedades neurológicas o psiquiátricas, tales como neuropatía periférica, depresión, deterioro cognitivo y demencia. También es un factor involucrado en la participación de glóbulos rojos.
La investigación del BIST, agrega nuevos beneficios de esta vitamina a la salud de las personas.
En cuanto a los alimentos que aportan cobalamina, el pediatra y nutriólogo, doctor Francisco Moraga, señala que los huevos son una fuente naturalmente rica en este componente, siendo el alimento más concentrado de vitamina B12 por gramo, superior a la leche y la carne.
“Cada huevo de tamaño mediano aporta entre 0,6 y 0,9 microgramos de esta vitamina, con lo que 2 huevos (100 gramos de porción comestible), aportan el 50% de los requerimientos diarios, que a partir de la adolescencia corresponde a 2,4 microgramos, según la autoridad sanitaria de Estados Unidos”, explica.
Especialmente en grupos vulnerables, particularmente quienes siguen dietas restrictivas respecto al consumo de productos cárneos, el consumo de huevos puede contribuir decisivamente a proteger la salud de los riesgos debido a su consumo insuficiente.
“En el caso de las personas sobre 50 años, quienes absorben menos vitamina B12 debido a la disminución progresiva de la producción de ácido gástrico, el consumo de huevos brinda una fuente fácilmente digerible, accesible y económica, que contribuye efectivamente a proteger el deterioro de los tejidos propio del envejecimiento y a favorecer la salud general y particularmente la salud cognitiva”, destaca Moraga.