Por Juan José Ronsecco, presidente de Corproa
Hace una semana tuve la oportunidad de visitar la ciudad de Iquique por el encuentro de la Macrozona Norte. Hacía varios años que no viajaba a esa ciudad y quedé gratamente impactado desde la llegada. Me encontré con un aeropuerto remodelado de nivel internacional, con cerca de nueve mangas y excelentes salones de espera, entregando una señal de prosperidad y bienvenida a quienes visitan la región de Tarapacá.
Se me vinieron muchas cosas a la cabeza, por ejemplo, el problema de conectividad aérea que tenemos entre las regiones de la Macrozona Norte, la cual es baja y no abarca a toda el área, siendo Atacama la más postergada y con vuelos únicamente hacia Santiago; y también una sana envidia por la capacidad de esa región para aprovechar y adecuarse a la inversión minera, el turismo y la pesca, además de los servicios que requiere la Zofri y los turistas limítrofes de Perú, Bolivia y Argentina.
Es inevitable la comparación con nuestro aeropuerto, donde encontramos una infraestructura que no es suficiente para nuestra región. Si llegan dos vuelos juntos, alcanza su máxima capacidad, sin mangas y con un nivel más cercano al de un aeródromo. Tenemos bajas frecuencias de vuelos y dos líneas aéreas con vuelos a Santiago, sin conectividad con Arica, Iquique, Calama, Antofagasta o La Serena.
Creo que no nos merecemos tanta postergación.
Considero importante que nuestras autoridades puedan levantar inquietudes como ésta y hacerlas parte de un objetivo común por el bien de nuestra región. Si queremos mejorar la calidad de vida de nuestros habitantes, también debemos atraer al turismo y facilitar el acceso al trabajo a los atacameños para que puedan desplazarse por las distintas ciudades del norte. También es relevante hacer a la región atractiva a ejecutivos y especialistas para que la hagan su lugar de residencia, como también poder movilizar a pacientes cuyas urgencias requieran un traslado rápido a otros centros de atención.
Debemos ser menos conformistas. Es necesario defender y levantar nuestras inquietudes participando con aportes e ideas. No es necesario dejarse llevar por ideologías divisorias para resguardar nuestros intereses regionales. Si no somos nosotros quienes defendemos nuestra región, seguiremos siendo desplazados. Tomemos el ejemplo de nuestros amigos de Tarapacá, su moderno aeropuerto y trabajemos por un ambiente propicio para la inversión. Si una región tan alejada del centro político puede hacerlo, entonces Atacama no puede quedarse atrás.