Nadie pone en dudas que los tiempos están difíciles para encontrar una pega estable, aunque se tenga una profesión u oficio. Entonces, cuando existe la obligación de pagar cuentas y, además, mantener a la familia, hay que salir a “pelar el ajo” en lo que sea y como sea. Lo único que muchas veces se necesita es decisión y creatividad.Y estas virtudes las puso en práctica el joven copiapino Patricio Vega Véliz, quien no se amilanó por no tener un vehículo para salir a vender a la calle; pero, en su casa tenía arrinconado un patín eléctrico que hoy le sirve como medio de transporte.
¿Y qué vende?, le preguntamos…. “De todo”, respondió.
Enseguida, empezó a nombrar sus productos: Paletas, bebidas y agua mineral, cuando hace calor. En tanto, en las mañanas vende café, sandwichs, papitas fritas y maní confitado, entre otras cositas.
“Ando por todos lados, recorro todo Copiapó, voy a las canchas, llego hasta Tierra Amarilla si es necesario. O sea, voy a todos los lugares donde haiga (sic) gente”.
Este joven copiapino es un claro ejemplo de emprendedor esforzado y decidido, que no le teme a las inclemencias laborales y sale a conquistar el mundo arriba de una simple patineta. Así es que, si usted lo ve en alguna parte con sus bolsitas y canastas, ya lo sabe que solo debe cooperarle comprando algunos de sus productos, porque gente como Patricio es la que este país necesita.