Señor director:
Por estos días se está desarrollando la COP 28 o “Cumbre del clima” en Dubái. Entre los debates y conclusiones se destaca que los casi 200 países participantes deben incrementar sus esfuerzos para hacer frente al cambio climático, lo cual es posible dejando atrás, cuanto antes, el uso masivo de carbón, petróleo y gas. El objetivo es que las energías renovables se tripliquen para hacer frente a la reducción de los combustibles fósiles.
Para asumir ese desafío, y según cifras del Banco Mundial, para satisfacer la demanda mundial de energías limpias, en los próximos 25 años se necesitará producir la misma cantidad de cobre que en los últimos 5.000 años, ya que las tecnologías utilizadas para generar este tipo de energías requieren de este importante mineral.
Chile es uno de los mayores productores de cobre en el mundo, como también de otros minerales, y por lo mismo, nuestro país cobra un relevante protagonismo en esta tarea. Sin ir más lejos, por ejemplo, una turbina eólica de 3MW requiere de 4,7 toneladas de cobre; la generación de 1MW de energía a través de paneles solares, utiliza en promedio 5 toneladas del mineral rojo; para un auto eléctrico se requieren 83 kilos de cobre y para un bus eléctrico, más de 369 kilos.
Hoy nos encontramos frente a un importante desafío a nivel mundial del cual podemos tener un destacado rol como país, no solo aportando como productores de minerales estratégicos, sino también posicionando nuestras materias primas y los avances tecnológicos desarrollados por universidades, centros de investigación, startup, entre otros. Pero para ello es fundamental que todos los actores que componemos el ecosistema minero, sector público y privado, trabajemos de manera colaborativa, para que Chile pueda cumplir el objetivo de ser un país referente en la lucha contra el cambio climático. La prueba está en asumir este desafío, la pregunta ahora es ¿estamos trabajando para que ello ocurra?
Gabriela Novoa
Directora Rel. Estratégicas AMTC U. de Chile y adherente Compromiso Minero