Acompañamiento psicológico, social y laboral, abrigo, comida y revinculación familiar, son parte de las ayudas que recibieron alrededor de 180 personas en situación de calle en la región de Atacama. Un proceso enmarcado en el programa Calle 2023, que fue implementado por Hogar de Cristo, que se adjudicó cerca de 280 millones de pesos a través de fondos del Ministerio de Desarrollo Social y Familia.
«Gracias al apoyo del programa Calle logré sacar mi cuarto medio», confiesa, orgulloso de su logro, José Manuel (48), quien ingresó al programa en octubre de 2023, logrando salir de la situación de calle en Vallenar. «También encontré trabajo, ¿qué más podría pedir? Sin el Hogar de Cristo, creo que seguiría en la misma situación, quizás estaría muerto. Lo importante es que creyeron en mí, me dieron una oportunidad, que supe aprovechar. Al fin y al cabo, eso es lo que nos pasa a todos los que vivimos en la calle: primero, la gente deja de creer en nosotros y, segundo, dejamos de creer en nosotros mismos».
José pertenece a las más de 420 personas en situación de calle que hay en la región de Atacama, sin hogar y expuestos a violencia y enfermedades. Una cruda realidad que el programa Calle, ejecutado por el Hogar de Cristo en Copiapó, Vallenar y Caldera y financiado por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, intenta mitigar. Este programa entrega alimentación, abrigo y atención básica de salud a través de un equipo profesional multidisciplinario. Compuesto por trabajadores sociales y psicólogos, entre otros, realizan un diagnóstico integral e implementan un proceso de acompañamiento en las áreas psicosocial y socio-laboral.
“Como Hogar de Cristo, sabemos que la situación de calle es la manifestación más extrema de vulneración de derechos que puede vivir un ser humano”, sostiene Carol Calderón, jefa de operación social del Hogar de Cristo en Atacama. “Por eso es tan importante que se implementen programas sociales en Atacama que busquen mitigar de alguna lo que sufren las casi 40 mil personas que deambulan sin destino o ayuda por nuestro país”.
-¿Cuántas personas lograron egresar del programa este año?
-El Programa Calle, con una duración de 24 meses, aún no ha finalizado su proceso. No obstante, en 2022, logramos que 30 personas egresaran. Imagina el orgullo y la felicidad. Hablamos de 30 personas que superaron desafíos como la falta de alimentación, vestuario, higiene, ruptura de vínculos y de instituciones sociales, desempleo, y el consumo problemático de alcohol y otras drogas, entre muchos otros. Esto fue posible gracias al apoyo del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, así como de nuestros profesionales y trabajadores, y, principalmente, de los mismos participantes que lucharon por dejar atrás la exclusión y la pobreza.
La secretaria regional ministerial de Desarrollo Social y Familia, Yosselin Moyano, se refirió al proceso e importancia de este programa: “El Presidente Gabriel Boric ha puesto una agenda de tres ejes estratégicos, la Seguridad Social. Económica y la Seguridad Pública. Desde esta perspectiva como ministerio nos toca avanzar en un sistema de protección social de carácter regional para todos los chilenos y chilenas que requieran este apoyo en algún minuto de su vida, y es por eso que estamos muy contentos de poder trabajar colaborativamente con el Hogar de Cristo, que es una institución con más de 75 años de trabajo en el territorio, con la cual hemos tenido la mejor de las relaciones para poder seguir fortaleciendo los programas sociales, muchos de ellos orientados a mujeres, madres y personas mayores que se encuentran en situación de abandono. Valoramos y celebramos este nuevo acuerdo para avanzar en la seguridad social que es lo que nos piden las familias de Chile y Atacama”.
A pocos días de finalizar el año, el programa Calle en la región de Atacama ha brindado asistencia a aproximadamente 180 personas en situación de calle. Este esfuerzo, liderado por el Hogar de Cristo y el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, ha sido un verdadero éxito. Con planes de extenderse a 2024, el programa reconoce la importancia crítica de intervenir pronto, dado que un mayor tiempo en situación de calle intensifica el deterioro biopsicosocial, afectando las capacidades, la autoestima, las relaciones familiares y las expectativas de las personas más excluidas de nuestro país.