¿POR QUÉ CONVERSAN 1.500 PERSONAS?

MARGARITA DUCCI

Directora Ejecutiva Pacto Global Chile, ONU

Hace algunos días nos encontramos en el parque Hueñu- Hueñu, en la región de los Lagos, con distintas personas, desde autoridades nacionales, a dirigentes comunales de los lugares más extremos del país. Se trata del Encuentro Nacional de Vinculación Social (ENVIS), que se ha convertido en un evento anual de gran relevancia en Chile, congregando a una masiva muestra de los habitantes del país, en un espacio que busca fomentar el diálogo, la colaboración y la confianza entre personas de diferentes ámbitos y trayectorias.

Este encuentro se erige como un punto de conexión único, donde se reúnen pares improbables con un objetivo común: fortalecer el tejido social del país y contribuir a la toma de decisiones fundamentales para nuestro desarrollo. Así, conversando en grupos variopintos, diversos, opuestos en su opinión a veces, se va tejiendo una trama de temáticas cruciales para el crecimiento y la evolución de Chile, con miradas distintas, hasta lograr un lienzo colorido y a la vez armónico, como se construye una obra de arte.

En la quinta edición, celebrada recientemente cerca de Ensenada, se enfrentó el desafío de reflexionar y buscar soluciones a la amenaza del cambio climático y a la urgente necesidad de abordar la sostenibilidad y el crecimiento económico del país, de manera equilibrada y armoniosa. Cruzando conversaciones ordenadas y facilitadas, entre tantas personas, se va produciendo una oportunidad invaluable para visibilizar realidades locales, dificultades de otros, que para muchos pueden ser pequeñas y fáciles de solucionar, pero de las cuales no se tenía conciencia, naciendo así compromisos de colaborar, aportar, entregar conocimientos y poner a disposición tiempo y voluntades.

Esto implica asumir colectivamente las carencias y problemas, hacer nuestros los de otros, y visualizar juntos, posibles soluciones. Al reunir a personas con perspectivas diversas, se nutre un espacio propicio para la construcción de un «sueño país», un ideal compartido que aspira a forjar un Chile más solidario. Al convocar a actores clave de la sociedad chilena, así como a representantes de comunidades olvidadas, se convierte en un catalizador para compartir los dolores, necesidades y entender mejor aquellos que viven circunstancias muy diferentes, muchas veces desconocidas.

El intercambio de ideas impulsa la acción colectiva, y mueve hacia una colaboración entre pares improbables, que jamás se hubieran encontrado y nunca hubieran sostenido este tipo de conversación. Cada uno, en este espacio de inspiración donde la diversidad de pensamiento se convierte en la base, se sintió movilizado a comprometerse: consigo mismo, con su comunidad, con su emprendimiento, con su empresa y con su país. Ese sentido colectivo inundó el parque y se comprendió entonces el porqué de una conversación de 1.500 personas.

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