Obispo de Copiapó ante el asesinato de tres carabineros en Cañete: Basta ya de muerte, basta ya de violencia.

Monseñor Ricardo Morales celebró misa en la Catedral por el eterno descanso de estos funcionarios de la Institución

“Basta ya de muerte, basta ya de violencia” dijo el obispo de Copiapó, Monseñor Ricardo Morales, al presidir la misa la mañana de este sábado 27 de abril, en la catedral de Copiapó, misa por los tres funcionarios de Carabineros asesinados durante la madrugada en Cañete, provincia de Arauco. Son el sargento primero Carlos José Cisterna Navarro y los cabos primero Sergio Arévalo Lobos y Misael Vidal Cid.A la misa asistieron las autoridades encabezadas por el Gobernador regional, el Delegado presidencial, parlamentarios, seremis, representantes de los poderes del Estado, de las Fuerzas Armadas y Policía de Investigaciones.En su homilía, el obispo dijo con énfasis que “no podemos seguir en esta espiral de muerte y violencia”, refiriéndose a “tres carabineros que estaban realizando su servicio con dedicación y profesionalismo, y que son muertos vilmente”, y exclamó: “¡Basta ya, por amor a Dios!; no podemos seguir así. Como país, hay algo que estamos haciendo mal”. Agregó que “no nos puede dar lo mismo que carabineros mueran; que la droga se enseñoree en las poblaciones, que organizaciones criminales se extiendan por nuestra patria con impunidad”.“Hoy, cuando tendríamos que estar celebrando un nuevo aniversario de Carabineros, nos congrega la muerte de tres de ellos- continuó-; qué estamos haciendo mal. No solo es responsabilidad de la autoridad de turno, sino de todos:  políticos, autoridades, Iglesias” y recordando al Cardenal Silva Henríquez, dijo “El alma de Chile está herida profundamente; se ha perdido el respeto a la dignidad del otro, a la vida, valores fundamentales que nos han hecho crecer como nación”.El obispo interpeló a las autoridades presentes, diciéndoles: “Hermanos políticos, pónganse de acuerdo, por favor, es país lo único que pide es que se pongan de acuerdo”, recordando que habrá elecciones pronto. Los llamó “a no buscar el rédito político de corto plazo, miremos el horizonte, como nuestros padres de la patria; hombres y mujeres con visión de futuro”.Refiriéndose a los carabineros asesinados, dijo que “lo que los movía era el servicio al prójimo, el sacrificio, la justicia, el bien, servir día a día al hermano”. Continuando su prédica, dijo: “Nos embarga la rabia y la pena, pero esto no nos puede ahogar, somos hombres y mujeres de fe, creemos que hay un Dios, más allá de nuestros credos” señalando que “Él nos invita a perdonar, a que a la violencia pongamos amor; a la desesperanza pongamos esperanza; al llanto pongamos consuelo. Estos viles asesinos no nos pueden quitar lo que somos como país”. En la parte final, deseó que estas muertes renovaran el compromiso de trabajar por Chile “en lo pequeño y silencioso, y también en lo grande y mediático; no sacaremos adelante Chile con más odio”.Al final de la eucaristía tomó la palabra el capellán evangélico de carabineros, Patricio Gallardo. Él manifestó su gran tristeza por estos asesinatos. “Mis pensamientos están con sus padres, sus hermanos, su familia cercana, no hay palabras para dar consuelo, más cuando son mártires. Esto enluta a toda nuestra nación”. Llamó a tener esperanza y confianza en Dios y a orar “por nuestra institución y por las familias que en estos momentos están pasando tan grande dolor”.

El Jefe de Zona de Carabineros Atacama, Gral. Jorge Muñoz Soto comenzó su intervención repasando la historia de la institución, que hoy cumple 97 años, señalando que así habría iniciado su discurso en medio de las celebraciones por este aniversario, enlutado por la “horrorosa noticia” de la muerte de estos tres carabineros. Dijo que “este día quedará impregnado a fuego y sangre en nuestros corazones” pero que “su muerte no será en vano. Desde aquí ruego a Dios por el consuelo de estas familias que quedaron destrozadas; ruego a Dios por la paz de nuestro querido Chile” y extendió su homenaje a los 1237 mártires de la Institución desde su fundación. Finalizó: “Hoy no vestimos nuestros trajes de gala, sino nuestras casacas operativas, porque la mejor manera de homenajearlos es con nuestro trabajo, fieles a la promesa de servicio y de estar al lado del más débil”.

La misa terminó con la entonación del Himno de Carabineros, coreado por los cientos de asistentes que repletaron la Catedral.

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