Por Ulises Carabantes Ahumada – Ingeniero Civil Industrial – Escritor
El 13 de mayo de 1647; en plena época colonial, se produjo en Chile, en la zona de Santiago, un terremoto de grandes proporciones. Se estima que dicho sismo tuvo una magnitud similar al vivido por nuestro país la madrugada del 27 de febrero de 2010. Fácil es inferir que, para la calidad de las construcciones de aquella época, el desastre fue mayúsculo. Fue éste aquel terremoto del fenómeno o milagro del Cristo crucificado en la Iglesia de San Agustín de Santiago. No obstante la destrucción casi total del templo la cruz permaneció en su lugar e intacta, sólo la corona de espinas que tenía sobre su cabeza aquel Cristo en la cruz cambió de posición, se desplazó hacia abajo quedando en el cuello de la figura del nacido en Belén. Desde aquel fatídico día a aquel Cristo se le atribuyen milagros y es venerado como el Cristo de Mayo cada día 13 de éste mes, efectuándose una procesión por las calles céntricas de Santiago.Se estima que fallecieron más de seiscientos habitantes de la entonces capital del reino de Chile. Santiago quedó destruido casi en su totalidad, lo que llevó a pensar, al iniciarse la recuperación de lo perdido, en llevarse la ciudad hacia la zona donde hoy se ubica Quillota. El momento en que los alarmados sobrevivientes comenzaron con dichas consideraciones fue al día siguiente, 14 de mayo de 1647; en medio de la búsqueda de los vecinos que habían perdido la vida con el enorme remezón de tierra que los dejó sepultados bajo los escombros de los precarios edificios de Santiago. Se descartó la idea de refundar la ciudad más al norte y se comenzó el mismo 14 de mayo la reconstrucción, con un trabajo esforzado, inteligente y multidisciplinario de todos los sobrevivientes, con el fin de poner en pié nuevamente su ciudad, nuestra capital.
En el año 2008 se le consultó al Comité Ejecutivo del Colegio de Ingenieros de Chile A.G. respecto de un día en que se pudiera conmemorar el ejercicio de la profesión. Se evaluó y se consideró que el gran terremoto del 13 de mayo de 1647 marca el primer hito de la vida chilena donde se desarrolla un trabajo multidisciplinario de planificación y ejecución orientado a la reconstrucción de Santiago, esforzado trabajo iniciado un día después del terremoto, el 14 de mayo de 1647.
Es por eso que hoy bien viene felicitar a todos quienes ejercemos esta profesión, en sus distintas disciplinas, la que día a día nos ofrece nuevos desafíos a resolver, contribuyendo con esto al desarrollo de Chile.