Obispo de Copiapó destacó vocación de servicio de los funcionarios de la Armada Prelado presidió la misa por las Glorias Navales en la parroquia de Caldera

Como homenaje a las Glorias Navales se celebró la misa de este viernes 17 de mayo en la parroquia San Vicente de Paul de Caldera.

Antes de comenzar la misa, la asamblea entonó el Himno Nacional. La misa fue presidida por el obispo de Copiapó, Monseñor Ricardo Morales, junto al capellán, P. Mario Vignola y el párroco de Caldera, p. Juan Barraza. Asistieron las autoridades, encabezadas por la Alcaldesa de Caldera, Brunilda González, el Comandante de la Guarnición Naval y Gobernador Marítimo de Caldera, capitán de fragata Cristian Ortega; el jefe policial de Atacama, el comandante de la guarnición militar Copiapó; el representante del jefe de zona de Carabineros; el director regional de Gendarmería; concejales, jefes de servicios públicos, funcionarios de las Fuerza Armadas y de Orden y Seguridad Pública.En la homilía el obispo destacó la vocación de cada persona, orientada siempre hacia los demás. “Nos definimos por aquellos que hacemos, cada uno tiene un don y una vocación, que se vive como un servicio hacia los otros” dijo, y enfatizó que “esta vocación se pervierte cuando quien ejerce un servicio busca sólo su propio interés, cuando se mira sólo el beneficio personal, cuando se actúa en el límite de lo legal; no todo lo legal es moral, no todo lo legal es bueno. No todo lo legal hace bien”.

Destacando la gesta de Arturo Prat y sus hombres, el obispo recordó a hombres y mujeres que a lo largo de la historia han dado testimonio “que morir por los demás es el gesto de amor más sublime.”

Aquí hizo memoria de los tres últimos carabineros asesinados, “que en cumplimiento de su deber entregaron su vida por los demás”. Pidió por la paz, y llamó a asumir el compromiso de vivir la vocación con responsabilidad, “no ser mediocres, que en el silencio de nuestro trabajo entreguemos lo mejor de nosotros a los demás”.En el ofertorio, el Capitán de Puerto de Caldera y su esposa llevaron las especies del pan y el vino. Un teniente llevó un sable naval como signo de sacrificio por la patria, y luego un integrante de la dotación de Caldera entregó una caja de alimentos no perecibles, como ofrenda de trabajo y solidaridad.Finalmente, se entonó el Himno de la Armada. Luego de la celebración, el p. Mario Vignola hizo uso de la palabra, saludando a los funcionarios de la Armada. Contó que ha visitado la Capitanía de Puerto de Huasco y de Chañaral también, dando testimonio del trabajo y compromiso de todo el personal de la Armada.

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