La actividad tuvo lugar en el Liceo Católico Atacama, al que llegaron cerca de 200 jóvenes de distintas parroquias y colegios de Copiapó y un grupo de jóvenes de la parroquia de Chañaral.

La jornada se llevó a cabo en tres momentos, un primer espacio de música, animación, baile, juegos recreativos y deportivos al aire libre en donde los jóvenes pudieron compartir y reír juntos.

Finalmente se compartió aquello con lo que representaron al Espíritu con quienes tenían cerca y se realizó un momento fuerte de oración con velas, signo de la presencia del Espíritu en cada uno.
El obispo Ricardo Morales, quien se hizo presente en esta actividad, dirigió a los jóvenes las palabras finales invitando a encender esa vela cada vez que lo necesiten, sabiendo que “si la pila se le termina, la del corazón siempre puede estar encendida” y regaló a toda la Iglesia joven presente la bendición.

Que el Espíritu se derrame sobre cada uno de los jóvenes en este Pentecostés, para que experimenten la fuerza de su impulso y vivan como un regalo que ponen al servicio los tantos dones que Él les concede.









