Columna de Humberto Salinas @BetoSalinas
Académico Universidad Viña del Mar
Presidente Fundación DesafíoCircular
Member Chapter Zero
Experto en Economía Circular y Desarrollo Sustentable Empresarial.
En un mundo donde la moda está innovando más rápido que nunca, el impacto que nuestra ropa tiene en el medio ambiente es cada vez mayor. La industria de la moda, especialmente el sector conocido como fast fashion, es uno de los mayores contaminadores del mundo. ¿Pero sabías que una simple camiseta puede tener una huella de carbono mayor que un automóvil?
Huella de carbono de una camiseta: Comprender el verdadero costo ambiental de las camisetas Es importante examinar cada etapa de su ciclo de vida.
- Producción de materias primas : El cultivo de algodón, una de las materias primas más comunes, requiere grandes cantidades de recursos naturales. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), para producir una camiseta de algodón se necesitan unos 2.700 litros de agua, cantidad suficiente para satisfacer las necesidades de agua potable de los seres humanos durante dos años y medio. Además, el uso de pesticidas y fertilizantes contribuye a la contaminación del suelo y del agua.
- Fabricación y transporte: La fabricación de textiles y prendas de vestir son procesos que consumen mucha energía. Se estima que la industria textil mundial emite alrededor de 1.200 millones de toneladas de CO2 equivalente al año, más que todos los vuelos y envíos internacionales combinados (Fuente 29:6†). Gran parte de la ropa de Chile se importa de países como China, India y Bangladesh, lo que aumenta significativamente las emisiones de carbono del transporte marítimo internacional.
- Consumo y Uso: La tendencia fast fashion ha hecho que el consumo sea ilimitado. En promedio, la ropa se usa sólo siete veces antes de ser desechada. Esto no sólo aumenta la demanda de ropa nueva, sino que también genera grandes cantidades de residuos textiles. En Chile, por ejemplo, se estima que el consumo de ropa ha aumentado un 40% durante la última década.
- Fin de vida útil: debido a la tecnología limitada y los altos costos, menos del 1 % de la ropa se recicla para convertirla en ropa nueva. La mayor parte termina en vertederos, donde pueden tardar hasta 200 años en descomponerse y liberar metano y otros gases de efecto invernadero. En el caso de Chile, aproximadamente 39.000 toneladas de ropa usada se acumulan cada año en vertederos de ropa en el desierto de Atacama, cerca de Iquique, lo que contribuye significativamente a la contaminación ambiental.
Chile no está exento de estos problemas. Uno de los ejemplos más alarmantes es el vertedero de ropa usada en el desierto de Atacama, cerca de Iquique. Es el destino final de las aproximadamente 39.000 toneladas de prendas de vestir que llegan cada año a la Zona Franca de Iquique (ZOFRI). Gran parte de esta ropa proviene de segunda mano de Europa, Asia y Estados Unidos y se descarta porque es de mala calidad o porque no encuentra mercado. El impacto ambiental de estos vertederos es significativo. La ropa desechada contiene fibras sintéticas que pueden tardar cientos de años en descomponerse, liberando microplásticos y productos químicos al medio ambiente. Además, el desierto de Atacama, uno de los ecosistemas más secos del mundo, se ve muy afectado por la contaminación textil.
Los indicadores ESG (Ambiental, Social, Gobernanza) proporcionan un marco para evaluar el desempeño sostenible de las empresas. En la industria de la moda chilena, los indicadores ESG ayudan a medir y mejorar el impacto ambiental y social de la producción textil.
- Medio ambiente: Reducir las emisiones de carbono es muy importante. Marcas chilenas como Patagonia están liderando el camino en esfuerzos de economía circular, utilizando materiales reciclados y reduciendo el consumo de agua y energía. Otro ejemplo es la tienda “Patio Eco” de Santiago, que ofrece ropa elaborada con materiales reciclados y promueve la moda sustentable.
- Social: Las condiciones laborales en la cadena de suministro de la moda son un tema importante. En Chile, iniciativas muchas iniciativas trabajan para mejorar las condiciones laborales justas y la transparencia en la industria textil.
- Gobernanza: La transparencia y la ética empresarial son esenciales. Empresas chilenas como del retail lo han entendido y comienzan a publicar informes detallados de sustentabilidad y están comenzando a comprometerse con objetivos de reducción de emisiones y el uso de materiales sustentables.
Hacia un futuro más sostenible Incorporar prácticas de economía circular como diseñar, reparar, reciclar y reutilizar ropa es clave para reducir el impacto de la moda en el medio ambiente. Los consumidores también juegan un papel importante. Comprar menos, elegir ropa de alta calidad y apoyar marcas sostenibles puede marcar una gran diferencia.
El futuro de la moda debe ser sostenible. Sólo entonces podremos reducir la huella de carbono de nuestra ropa y garantizar que nuestras elecciones de estilo no pongan en peligro la salud de nuestro planeta. Es hora de repensar la moda, desde el armario hasta la pasarela, y adoptar hábitos que permitan disfrutar de la moda sin pagar un alto precio al medio ambiente, cuando encuentras una camiseta lo suficientemente barata, alguien en otro lugar del mundo está pagando las consecuencias ambientales y sociales de ese valor.