LA CORRUPCIÓN EN CHILE, UNA AMENAZA PERSISTENTE Y EN EXPANSIÓN

César Bravo Carrera

Prefecto (R ) PDI

Llama la atención cómo la corrupción ha llegado a nuestro país, quizás siempre estuvo presente pero ahora se ha hecho más visible, no obstante es muy preocupante porque ha llegado para quedarse, tomando dimensiones alarmantes en especial en el sector público de nuestro querido Chile, tanto en el parlamento, gobernaciones, municipalidades, fundaciones y en la Instituciones del Estado, las cuales se han visto afectados por escándalos muy importantes y que no siempre se dan a conocer en la televisión abierta sino a través de las redes sociales, debido a que quizás la televisión también esté intervenida.

Resulta curioso que los medios de comunicación no brindan tantos espacios para desplegar este tema o dar noticias sobre la corrupción, quizás donde son tantos los casos, tratan de ocultarlos en forma solapada y cuando se sabe de algún hecho, este último, no se sanciona y se dilata hasta que después es reemplazado por alguna otra noticia sensacionalista,  y  desde la sociedad civil, tampoco se ven grandes protestas, denuncias o reclamos grandes, que lleguen a terminar en marchas en contra de la corrupción, pareciera que nuestra sociedad se está alejando de la existencia de valores que todo ciudadano debiera tener.

¿Qué ha pasado? ¿Será que nos estamos acostumbrando a la falta de transparencia por parte del Estado, o que el servicio público ha perdido su función original? Lo anterior, debido a que, muchas cosas dentro de él son corruptas y también lo son, muchas de las empresas del sector privado que comercian y lidian en transacciones con el Estado, sin dejar de lado que, el ente controlador; Contraloría, tampoco cumple eficazmente su rol. Tanto así que, se han escuchado “comentarios” que, para ganar una licitación de algún proyecto del Estado, se tiene que pagar un incentivo al funcionario público encargado de la toma de decisiones. Entonces, para ir aclarando el concepto de Corrupción en forma simple y sencilla sin mayores tecnicismos, podríamos decir que Corrupción es el abuso del poder público para obtener algún beneficio. Desde ese contexto podríamos decir que los funcionarios públicos u otros, de alguna manera, reciben un incentivo generalmente económico para favorecer los intereses particulares. Un comportamiento totalmente desviado y reprochable, es que los afectados no se atreven a denunciar estos hechos por temor a las represalias del sistema, funcionando así, como una “mafia”, ya que los bajan del sistema imposibilitándolos después, de continuar postulando  en otros proyectos futuros, por lo tanto la corrupción se ha hecho un modo particular de ejercer influencia, algo totalmente ilícito que, se ha hecho tan legítimo que se ha transformado prácticamente  en una cultura política de país.

Conforme al testimonio de una ciudadana chilena, esta última señaló en su alocución  que ella “estaba obligada a burlar el sistema, para darle educación a su hija y así obtener una educación gratuita” y lo decía con tanta fuerza y convicción que, su argumento era “si roban los parlamentarios, si nos roba el Estado y las Instituciones del Estado… ¿por qué no puedo robar yo?”  La corrupción está afectando nuestra sociedad, porque la ley no cuenta para ellos, por el contrario, fomenta la corrupción y la tolerancia social se normaliza respecto de aquello.

La situación es muy preocupante, la idea de que se gane un proyecto que no cumple con las normas establecidas o al menos las cumple pero mínimamente, entonces, estamos frente a proyectos que económicamente, no son viables, sin embargo se hacen y los más perjudicados es el país, ya que afecta la economía, la inversión e incentiva aquellos proyectos innecesarios y lo peor de todo que, los buenos proyectos o negocios para el país, no dependen de la competencia  de las empresas, sino de la capacidad de influir en los responsables de quienes toman las decisiones, afectando toda la economía y ni hablar del profesionalismo que genera más interés en el incentivo económico por sobre los criterios de las adjudicaciones, afectando además a las personas honestas que todavía creen en el sistema.

En conclusión, la Corrupción ha llegado, lamentablemente, para quedarse

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