- Las diversas muertes que se han producido a causa de complicaciones por la influenza han puesto el foco de atención y preocupación en el Streptococcus Pyogenes, conocido como la “bacteria asesina”. Especialista de Clínica MEDS advierte que esta bacteria libera toxinas que pueden seguir circulando, incluso tras ser tratada.
El aumento del Streptococcus Pyogenes , también conocido como la “bacteria asesina”, ha generado bastante preocupación entre las autoridades y los equipos de salud por la incidencia que ha logrado tener principalmente en los cuadros de salud más graves que se han presentado en las últimas semanas por los contagios por influenza.
Según explicó Ricardo Quezada, médico urgenciólogo de Clínica MEDS, “es una bacteria bastante universal. Se contagia por contacto y las manifestaciones más habituales son dolor de garganta con fiebre, porque está asociada a la amigdalitis, y las lesiones de la piel, que pueden ir desde furúnculos, pasando por impétigo en los niños más pequeños y por lesiones que son a veces más profundas y que pueden afectar las piernas o a la zona perineal, genital. Son lesiones febriles, con mucho dolor, con harto eritema: se pone rojo, a veces negro, blanco y eso es para tener mucho cuidado”.
En relación al aumento de casos de influenza con la bacteria, el facultativo fue enfático en afirmar que “la bacteria no agrava los casos. Se suma detrás de una condición que la influenza produce. Nosotros estamos aquí ante una tormenta perfecta. Lo primero que ocurre es que la población pediátrica tiene una suerte de deuda inmunitaria, porque el aislamiento de la pandemia le produjo que se expusiera poco a los virus habituales, por lo tanto, están más proclives a infectarse de los virus que antes, por exposición, se desarrollaban mejores defensas”.
El médico urgenciólogo de Clínica MEDS agregó que “la influenza, además, produce una cierta debilidad transitoria del sistema inmune, una anergia inmunitaria. Eso es lo que aprovecha el Streptococcus Pyogenes para sobreinfectar, para meterse detrás de la influenza y empezar a producir amigdalitis, abscesos del cuello o abscesos periamigdalinos secundarios, neumonias que se llaman necrotizantes, es decir, que producen destrucción pulmonar detrás de la influenza. O estas lesiones de la piel que son como pustulares y dolorosas”.
Respecto a los efectos más graves que puede provocar esta infección, el doctor Quezada aseguró que “no es una bacteria especialmente peligroso porque sea resistente. De hecho, es 100% sensible a la penicilina, y se trata también con amoxicilina, y responde, pero es muy virulenta. Tiene muchos mecanismos para producir daños, entre ellos, están las enfermedades de la piel que pueden ser profundas y aquellas que se originan por las toxinas, entre ellas, está el shock tóxico. El streptococcus produce toxinas que salen a circular, incluso cuando la bacteria se destruye. Ese shock tóxico puede resultar mortal. Y lo otro que produce, que es muy severo, es una lesión en el sistema renal y en el riñón secundaria a la infección”.
En relación a la amenaza que podría producir esta bacteria entre quienes aún no se han inoculado contra la influenza, el urgenciólogo afirmó que “si bien la bacteria por sí misma no tiene una relación directa con la influenza, el hecho de no estar vacunado hace que la persona esté más proclive a infectarse, lo que predispone a que el streptococcus entre detrás. Y claro, uno podría pensar que en un cuadro más severo puede producir más desgaste al sistema inmunitario, facilitando que esta bacteria entre a sobreinfección posterior”.
Frente a aquellos síntomas que la ciudadanía debería acudir de inmediato un recinto hospitalario, el especialista de Clínica MEDS aseguró que “en caso de la influenza, el servicio de urgencia tiene que ser consultado si hay dificultad respiratoria, porque es un evidente predictor de que haya neumonia. En el caso del Streptococcus Pyogenes, con posterior a la influenza o en paralela a ella, se debe ir si empiezan a aparecer signos y síntomas como lesiones en la piel, como pústulas dolorosas, o como una amigdalitis grande o de frentón, neumonia con tos, con fiebre y con dificultad para respirar”.