Carolina Álvarez
Abogada y Asociada Senior Admiral Compliance
Effective Compliance Programs, University of Pennsylvania
En el mundo de las organizaciones sin fines de lucro, el objetivo principal es generar un impacto positivo en la sociedad. Sin embargo, en su búsqueda por cumplir esta misión, a menudo subestiman la importancia de implementar programas de cumplimiento robustos. Esto puede generar desconfianza debido a historias de malversación de fondos o de organizaciones benéficas que no asignan adecuadamente sus recursos, un escepticismo que se ha intensificado tras el Caso Convenios.
En este contexto, más allá de su carácter obligatorio para evitar sanciones legales y financieras, el cumplimiento normativo resulta fundamental para las entidades sin fines de lucro por diversos motivos. En primer lugar, fortalece la transparencia al ofrecer información clara y verificable sobre el destino de las donaciones. Esto, a su vez, genera confianza en los donantes, quienes pueden comprobar el impacto positivo de sus contribuciones pasadas. Además, el compliance empodera a los donantes, brindándoles la posibilidad de elegir de manera directa la causa específica a la que desean apoyar.
Un programa de compliance bien estructurado puede ofrecer esa garantía. La transparencia y la rendición de cuentas son factores clave que los donantes consideran al decidir apoyar a una organización. Al demostrar un firme compromiso con las prácticas éticas y el cumplimiento normativo, las organizaciones pueden inspirar mayor confianza y, en consecuencia, atraer más fondos.
La confianza pública es el pilar sobre el cual se construye la reputación de cualquier organización sin fines de lucro. Un incidente de malversación de fondos o incumplimiento normativo puede erosionar rápidamente esa confianza y tener efectos devastadores. Al implementar un programa de compliance sólido, las organizaciones pueden mitigar estos riesgos y asegurar a sus partes interesadas que se están tomando todas las medidas necesarias para operar de manera responsable.
Para lograr este objetivo, es fundamental que las organizaciones establezcan un conjunto claro de directrices que definan los valores y estándares éticos, aseguren la comprensión y aplicación de las políticas de compliance por parte de todos los empleados y voluntarios, y establezcan mecanismos confidenciales para reportar infracciones. Además, resulta crucial realizar auditorías periódicas para evaluar el cumplimiento y ajustar cuando sea necesario, así como comunicar abiertamente con todos los stakeholders implicados sobre los esfuerzos realizados para mantener altos estándares éticos.
En última instancia, el compliance no debe ser visto como una carga, sino como una oportunidad para fortalecer la organización y asegurar su sostenibilidad a largo plazo. Las organizaciones sin fines de lucro que adopten un enfoque proactivo hacia el compliance no solo evitarán problemas legales, sino que también cultivarán un entorno de confianza y transparencia que atraerá más apoyo y permitirá un mayor impacto en sus comunidades.
Poner en marcha un programa de cumplimiento normativo eficaz es una inversión en el futuro de la organización. Es un compromiso con la ética y la integridad que resonará con donantes, voluntarios y beneficiarios por igual, creando una base sólida sobre la cual construir un cambio duradero y positivo.