- La quebrada El Corral se interna por el río Conay y es uno de los lugares menos explorados y habitados de la región montañosa de Atacama, en la comuna de Alto del Carmen. Kilómetros hacia arriba, en el límite entre Chile y Argentina, nacen afluentes de ríos con cauces ininterrumpidos por el país, cuyas aguas gozan todavía de buena calidad.
En esa zona del Norte Chico crece una planta endémica del género cryptantha que es especial para la producción de una miel antibacteriana que fortalece el sistema inmunológico del organismo humano. Precisamente, el néctar de esta variedad, la cryptantha dichita, lo recolectan las abejas del apicultor Augusto Larraín, quien vive en la quebrada y elabora miel de montaña con certificación orgánica en su emprendimiento Enjambre Apicultura.
Según un estudio realizado por la investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile Gloria Montenegro, a través de un proyecto FIA, “las propiedades medicinales de esta especie, que crece a 2.500 mil metros de altura sobre el nivel del mar, están presentes en la miel que cosecho, que tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias únicas», dice Larraín.
“Los análisis que hicimos dan cuenta que un 70 por ciento de mi miel proviene sólo de esta planta, lo que confirma una sospecha que tenía desde hace mucho tiempo”, añade el apicultor, que llegó desde Santiago a la región de Atacama hace ya 10 años. “Con mi familia nos enamoramos de este lugar del Norte Chico y nos vinimos sin pensarlo dos veces”, cuenta Larraín. “Yo hacía apicultura en Pirque y también tuve abejas en la región de Valparaíso, en la zona de Lo Abarca. En este paraje de la quebrada El Corral también quise probar con abejas, por las condiciones naturales que se daban. Un amigo alemán me dijo que acá es como un templo para las abejas, ya que, si bien no hay grandes cantidades de néctar durante el año, la altura, el clima y el sol hacen que el flujo sea permanente, garantizando que siempre haya polen para las abejas”.
“La época más linda para nosotros como apicultores sin duda es la cosecha de la miel, en verano, pero de todas maneras hay que estar constantemente inspeccionando que las abejas estén con el menos estrés posible”, añade Larraín.
Si bien para él la noticia sobre las propiedades de su miel es un tremendo hallazgo, tiene claro que lo más importante hoy es seguir potenciando y profundizando la producción de este alimento natural, por calidad nutricional, junto a los demás apicultores de la provincia de Huasco.
La Cooperativa ApiHuasco que él integra está organizando la versión número 25 del Congreso Apícola Nacional, que se realizará entre el 16 y el 18 de agosto en Alto del Carmen y que cuenta con apoyo de INDAP, el Gobierno Regional de Atacama y la Red Apícola Nacional, y esperan poder dar a conocer ahí el trabajo de los apicultores de la zona junto con este importante hallazgo.
«Estamos organizados para hacer tratamientos sanitarios a las abejas y eso nos ayuda bastante. Para nosotros es muy importante que nuestros pares conozcan este trabajo, porque la apicultura del norte es como una isla comparada con el sur. En mi caso mis apiarios no superan las 20 familias, mientras que entre la región Metropolitana y la del Biobío uno se encuentra con apiarios de más de 40 familias, en promedio. El congreso será una linda oportunidad –añade Larraín– para que se pueda conocer nuestro espacio y generar vínculos e interacción”.
El Congreso Apícola Nacional será una oportunidad para que los apicultores nacionales actualicen sus conocimientos sobre las oportunidades y beneficios que ofrece el rubro, participando en charlas, conversatorios y talleres con la participación de expertos de Chile y del extranjero, además de una API Expo donde empresas exhibirán y venderán insumos, maquinarias y equipos para su trabajo.