Jaime Vera Peña
Académico Facultad de Economía y Negocios
Universidad Andrés Bello, Concepción
Una vez más la siderúrgica Huachipato genera preocupación en la Región del Biobío. En un hecho esencial CAP S.A (compañía controladora de la usina acerera) enviada a comisión para el mercado financiero el día 07 de agosto declara “iniciar un proceso de suspensión indefinida de su actividad siderúrgica, proceso que culminaría en septiembre” aludiendo a argumentos de mercado como: “la empresa se ha visto imposibilitada de traspasar a precio las sobretasas que fueron recomendadas por la Comisión Antidistorsiones, lo que le hace económicamente inviable continuar con el negocio siderúrgico en Chile en su forma actual”.
Se estima que la decisión de la empresa afecta de manera directa a cerca de 5 mil puestos de trabajo y de forma indirecta a otros 20 mil, lo cual genera una crisis social y económica que impacta significativamente al mercado laboral y al aparato productivo del Biobío.
En términos económicos la empresa arrastra pérdidas cercanas a los US$80 millones de dólares en el primer semestre (en los últimos 10 años las pérdidas acumuladas se acercan a US$910 millones) no pudiendo reponerse desde el momento que se fijaron las salvaguardas, aunque estaban alineadas a lo solicitado y cercanas a las establecidas por otros países que enfrentaron situaciones similares, debido a que operaron las “expectativas racionales” por parte de las compañías que adquieren bolas y barras de aceros que, frente al inminente aumento en el precio de estos productos, decidieron abastecerse de manera anticipada.
En el mercado bursátil se reconoció de manera favorable este anuncio y en la jornada del pasado miércoles 07 de agosto, el título accionario de CAP saltó casi 5% entendiendo que para el grupo económico el cese de operaciones de la unidad de negocios asociado a la siderúrgica tendrá un impacto positivo en sus resultados consolidados.