Isidora Hernández-Rudnick Díaz, Psicóloga de Clínica de la Mujer y Medicina Reproductiva en Viña del Mar, explica la importancia del acompañamiento psicológico y la contención emocional para quienes buscan un embarazo con la ayuda de la fertilidad asistida.
Cuidar la salud mental es crucial para el bienestar general y la calidad de vida de las personas, ya que el estar conectado (a) con nuestras emociones de una forma sana y, en un espacio seguro, nos ayuda a enfrentar los desafíos de la vida con mayor resiliencia, a mantener relaciones interpersonales saludables y a llevar una vida mucho más plena.
Isidora Hernández-Rudnick Díaz, Psicóloga de Clínica de la Mujer y Medicina Reproductiva en Viña del Mar explica que “en los tratamientos de reproducción humana asistida (TRHA), el lado emocional no queda de lado. De partida, el hecho de tener dificultades reproductivas significa una crisis no normativa dentro de nuestro ciclo vital. Con crisis no normativa me refiero a un acontecimiento o situación que no se espera en la vida que conlleva una reorganización de la vida (en contraposición a las crisis normativas que son cambios esperados como la menopausia, el nido vacío, el nacimiento del primer hijo, muertes esperables, la salida del colegio, etc)”.
“Debido a lo anterior, esto puede traer mucho malestar psicológico, ya que algo que se supone que es tan natural como ser madres y/o padres, se convierte en algo difícil, doloroso y a veces tabú. Por eso mismo, es super importante contar con un apoyo, ya sea dentro de la misma pareja, red de apoyo o con un psicólogo propiamente tal”, agrega la especialista.
Bajo este contexto, es que Clínica de la Mujer ofrece un acompañamiento con psicólogas especializadas en el tema durante todo el tratamiento de quienes deciden buscar un embarazo a través de la medicina reproductiva. Se trata de consultas gratuitas que van incluidas para quienes optan por el tratamiento Fertilización in vitro (FIV).
“Acompañamos muchas veces desde la primera consulta con el médico, hasta betas negativas, positivas, en las buenas y malas noticias o simplemente cuando lo necesiten los pacientes”, explica la profesional.
“Si bien el acompañamiento psicológico no es obligatorio, está muy sugerido. Aceptarlo no significa que los pacientes sean débiles o que no pueden manejar esta situación solos, sino es simplemente abrirse a la posibilidad de estar en un espacio seguro que permite el desahogo y apoyo emocional durante el proceso de buscar un embarazo”, enfatiza.
¿Más hormonas más irritabilidad?
Una de las inquietudes más comunes de las mujeres o parejas que buscan ayuda en la fertilidad asistida para conseguir un embarazo, es que este tipo de tratamientos suelen ir de la mano con la administración de hormonas lo que, a su vez, puede generar irritabilidad, cambios de humor, entre otros desbalances emocionales.
Respecto a esto, la psicóloga transparenta que “cuando las pacientes, en este caso las mujeres, se realizan un tratamiento de fertilización in vitro (FIV) por ejemplo, esto implica la administración de muchas hormonas para estimular su ovulación. Las hormonas además de actuar en lo físico también impactan en el área emocional. Muchas pacientes me mencionan que están más sensibles, irritables, se ponen a llorar con facilidad y todo se lo toman más a pecho”.
“Sin embargo, como los médicos les explican y les hablan con antelación sobre lo que podrían llegar a sentir, las pacientes tienden a estar preparadas y eso ya ayuda a que ellas mismas puedan autorregularse y comprenderse. En el caso de que haya una pareja involucrada en el tratamiento, también es muy importante que él o ella comprenda qué está pasando y cómo puede apoyar. Este apoyo varía de persona a persona y tiene que ver con la misma relación de pareja y su habilidad de comunicarse respetuosa y efectivamente”, enfatiza.
Pero y ¿qué pasa con las personas que ya padecen de depresión, trastorno de ansiedad u otro tipo de problema de salud mental y deciden comenzar este tipo de tratamientos?
“En primer lugar, las personas que están pasando por un periodo de tratamiento psicofarmacológico deben comunicarle a su médico sobre su tratamiento. En relación con lo que se esté tomando es cómo se va a seguir adelante. Hay muchos fármacos que no son compatibles con la estimulación ovárica, por ejemplo. Ahora, también hay que saber que, de necesitar disminuir o suspender un fármaco, no se puede cortar de la noche a la mañana. Su médico tratante (ginecólogo y/o psiquiatra) debe guiarlos en su proceso”, agrega.
“Cuando la persona sabe que va a tener que suspender algunos remedios, es esencial potenciar los espacios de autocuidado, de terapia o acompañamiento. Si es que están en pareja, por ejemplo, también es vital comunicar lo que se está sintiendo y pedir apoyo o ayuda cuando así se necesite”, finaliza la experta.