Por Ulises Carabantes Ahumada – Ingeniero Civil Industrial – Escritor
El jueves 5 de septiembre recién pasado, en el marco de una campaña electoral en marcha, la Gobernación Regional de Atacama desarrolló lo que llamó Tercer Congreso de la Minería, el que tuvo lugar en una conocida hostería de Copiapó.
Por problemas de tráfico aéreo, dentro del que estuvo el avión que traía desde Santiago a la Ministro de Minería doña Aurora Williams, a la Ministro de Ciencia y Tecnología doña Aysén Etcheverry y al Vicepresidente Ejecutivo de la Empresa Nacional de Minería, don Iván Mlynarz, el mencionado Congreso comenzó con una hora y media de retraso, sin contar con la presencia de quienes llegarían desde la capital, los que se incorporaron después de iniciado el simposio. Durante la hora y media de espera, los dirigentes mineros de Atacama se encargaron de ir informando, a todos quienes se habían hecho presente a esa hora, de la decisión que hacía pocas horas había tomado el Gobierno de Gabriel Boric, en el sentido de vender la participación del 10% que ENAMI tenía en Minera Quebrada Blanca, un patrimonio de alto valor que se vendió a CODELCO para, supuestamente, pagar la deuda que la Empresa Nacional de Minería tiene hasta la fecha. Digo supuestamente pues fue la propia Ministro de Minería quien notificó que la venta, claramente hecha a un precio menor del precio de mercado que el que tiene el objeto vendido, no alcanzará para pagar toda la deuda que hoy tiene la ENAMI, quedándose esta empresa sin un importantísimo activo y aún fuertemente endeudada. La desazón y molestia era evidente entre la dirigencia minera, incubándose el convencimiento, la certeza, de la existencia de un diseño del actual Gobierno orientado a terminar con una política pública de larga data como lo es en definitiva la Empresa Nacional de Minería.
El Congreso comenzó con las palabras de bienvenida del Gobernador Regional de Atacama, Miguel Vargas Correa, quien va a la reelección del cargo como candidato oficialista, es decir, como candidato apoyado por el actual Gobierno de Chile que encabeza don Gabriel Boric. Vargas se quejó en su discurso por la nula consulta que se le hace a la región sobre las decisiones que se toman y que la afectan. Fue una abierta crítica al Gobierno que lo apoya en su afán de permanecer por los próximos cuatro años en el cargo que ostenta hasta la fecha. Sin embargo, la Ministro de Minería, que aún no había llegado cuando Miguel Vargas emitía sus dichos, uno de los aspectos que destacó en su intervención fue que el actual Gobierno es “un Gobierno que escucha” quedando establecida una importante diferencia de visión y de opinión entre dos personeros que son parte del actual gobierno, la Ministro de Minería, y el candidato a Gobernador Regional por parte del oficialismo, Miguel Vargas.
Al llegar, la Ministro de Minería hizo uso del estrado y la palabra para exponer la presentación que tenía preparada. Fue el momento en que anunció la venta a CODELCO del 10% de la participación de ENAMI en Quebrada Blanca, por un valor que ni siquiera alcanza para pagar la deuda que tiene hoy la Empresa Nacional de Minería, situación que fue catalogada de grave por parte de los dirigentes mineros. Respecto de lo mismo, al día siguiente de este congreso minero en Copiapó, es decir el viernes 6 de septiembre, la Sociedad Nacional de Minería, en la persona de su presidente don Jorge Riesco Valdivieso, envió una carta a la Ministro de Minería, calificando la operación comercial referida como “precipitada y secreta”. La Sociedad Nacional de Minería, SONAMI, dejó testimonio en la misiva de que se había ofrecido, por parte del Gobierno, comenzar a analizar lo relativo a la venta del referido activo de la ENAMI a partir del 27 de septiembre próximo, sin embargo esto no se cumplió. El Gobierno avanzó en su propósito soterradamente y sin cumplir su compromiso de diálogo. La SONAMI agregó respecto de esto que veían “con estupor que la operación cuestionada ni siquiera posibilitaría saldar el total del pasivo (deuda)” de la Empresa Nacional de Minería. SONAMI expresa también en la carta firmada por su presidente la “poca receptividad y escaso compromiso de las autoridades”.
Y si de poca receptividad se trata, la propia Ministro de Minería Aurora Williams se encargó de mostrar como aborda su trabajo con el sector minero. Luego de terminar su intervención permaneció por no más de diez minutos en el salón en el que se desarrollaba el congreso minero en Copiapó y abandonó el lugar para no retornar, sabiéndose que efectuaría una presentación un dirigente minero de Atacama. En efecto, el último en exponer en la jornada de la mañana fue el dirigente de la pequeña minería de Tierra Amarilla, Joel Carrizo, único representante de los mineros que haría uso de la palabra aquella jornada, quien además es actualmente candidato a alcalde en la comuna de Tierra Amarilla, apoyado primariamente por uno de los sectores que son parte del actual Gobierno. Antes de iniciar su intervención, algo turbado, Carrizo miró a la poca concurrencia que había, para expresar: “voy a buscar a la Ministra”. Salió del salón y un minuto después retornó sin la autoridad de gobierno quien aún estaba en los pasillos exteriores al salón. Fue una verdadera bofetada al sector de la pequeña minería, una notificación de menosprecio y de ninguna voluntad de escuchar a los mineros por parte del gobierno. Carrizo efectuó su exposición ante quienes lo ven y escuchan prácticamente todos los días. La Ministro de Minería Aurora Williams, se negó a escucharlo.
Por la tarde hubo un plenario de conversación donde los únicos dos parlamentarios presentes fueron el diputado Jaime Mulet y la senadora Yasna Provoste, ambos parte de la coalición de gobierno.
Durante dicha conversación abierta, los dirigentes mineros de la Provincia de Chañaral expresaron su alta preocupación por el explícito propósito por parte de la ENAMI de no renovar el contrato a los pequeños mineros de Cerro Negro, al norte de El Salado, para que éstos continúen con la explotación cuprífera que por muchas décadas han efectuado en dicha pertenencia minera. El vicepresidente de la ENAMI señor Mlynarz negó tajantemente tal situación, aseverando que ya había una “mesa de trabajo” establecida para avanzar en la renovación del contrato. Sin embargo, no obstante esta defensa de Iván Mlynarz, en el propio portal de noticias de la Empresa Nacional de Minería se informa que Cerro Negro será licitado. En definitiva, un asunto más que queda en el limbo, en la gran duda.
Respecto de los únicos dos parlamentarios que asistieron a este “Congreso Minero”, el diputado Mulet expresó con hidalguía y sin disimular su molestia que el actual gobierno era su gobierno, pero debía reconocer que era “el peor gobierno de la historia en materia de trato a los pequeños mineros del país”.
Por su parte, la senadora Provoste hizo mención a la existencia de un geólogo contratado por la ENAMI trabajando en Cerro Negro, trabajo que estaría relacionado con la mencionada voluntad de licitar esta pertenencia minera y terminar con su explotación a manos de los pequeños mineros de Chañaral. Fue notoria la sorpresa de la gerente de fomento de la ENAMI, señora Viviana Ireland, al enterarse en ese momento de la existencia de tal profesional en una zona de su competencia y desempeño. Ante esto, el vicepresidente de la ENAMI, Iván Mlynarz, balbuceó una explicación. Al parecer el “secretismo” que denuncia la Sociedad Nacional de Minería en su última carta, no sólo es desde la ENAMI hacia afuera, también lo existe internamente en esta empresa del Estado.
Finalmente la senadora Provoste, con evidente molestia, enrostró a Mlynarz que “todos eran permeables al neoliberalismo”, como una posible causa del desmembramiento que se está haciendo a la ENAMI por parte de su actual dirección y del gobierno.
Ante estos dichos de la senadora creo necesario exponer algunos conceptos. El problema que se enfrenta no es por el neo liberalismo, ni el liberalismo, ni el estatismo, ni el colectivismo. Creer esto es ver el problema bajo un prisma ideológico que está fuera de lugar y es, por lo tanto, estar en un profundo error respecto de lo que vive hoy la ENAMI y la pequeña minería. No hablaré de neo liberalismo, simplemente de liberalismo, pues nadie hasta la fecha me ha explicado cuando terminó el liberalismo y cuando comenzó el neo liberalismo, ni cuál es la diferencia entre ambos, así es que hablaré sólo de liberalismo. El problema que enfrenta la minería chilena en general y la ENAMI y la pequeña minería en particular no pasa porque las actuales autoridades que parecían ser estatistas o colectivistas ante los ojos de la senadora Yasna Provoste, de la noche a la mañana se volvieron afines al liberalismo. El problema es que las actuales autoridades de gobierno sencillamente NO creen en el valor del crecimiento económico y los beneficios que este trae, entre estos la generación de puestos de trabajo para los chilenos. Esto para el actual gobierno no es relevante. La carta enviada por la SONAMI el pasado 6 de septiembre a la Ministro de Minería también da cuenta de ello. Según se expresa en dicha misiva, esta institución gremial propuso hace unos meses al gobierno impulsar una agenda pro crecimiento. Los avances han sido nulos, cero. Sólo se ha tenido como resultado interminables e inconducentes “mesas de trabajo” que no llegan a ninguna parte. Y en cuanto a los pequeños mineros y la ENAMI, los pequeños productores de la minería han sido siempre y son empresarios de pequeña escala, que se mueven bajo el esquema del libre mercado, del liberalismo económico, con operaciones y producciones individuales que tienen una particularidad, por un asunto de economías de escala no pueden acceder individualmente y en forma ventajosa al mercado internacional de los metales y ante ese problema de carácter técnico económico, en 1960 se creó una política pública, buscando dar solución a este problema de acceso al mercado y así fortalecer, hacer factible el negocio minero individual a pequeña escala. Dicha política pública es la Empresa Nacional de Minería, heredera de la Caja de Crédito Minero (CaCreMi) creada en 1927 y de la Empresa Nacional de Fundiciones creada en 1947. Todo, como una acción del Estado de Chile, respondiendo a los requerimientos y necesidades de los pequeños empresarios mineros que han operado y operan bajo la lógica del liberalismo económico, del libre mercado, pero con un problema de acceso al mercado internacional, precisamente por el tamaño de producción de cada uno. Esto hay que tenerlo medianamente claro para saber el escenario que se enfrenta, el problema de fondo que se enfrenta, un gobierno que no tiene como prioridad el crecimiento económico y la generación de trabajos productivos. Sólo con esta claridad se podrán tomar las decisiones más adecuadas.
Finalmente, a diferencia del año pasado, en esta oportunidad, no hubo la rimbombante y pomposa firma de un “acta de acuerdos”, que resultaba muy útil para tener portada en los diarios regionales. No obstante estar colmada de cristalina y refrescante agua la piscina de la hostería donde se llevó a cabo el Congreso Minero, esta vez, para la firma de “acuerdos”, simplemente “no hubo agua en la piscina”.
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